LOS PRIMEROS PASOS DE MI ´ROSAE: " ENTRE DULCES Y PALABRAS"
Fray Luis de León, tras un año
encarcelado, dijo a su retorno a las aulas: “como decíamos ayer…” y prosiguió,
con sus palabras libres y su mente abierta. Algo más de un año, en mi caso, ha
transcurrido desde mi primer libro, aquel que me introdujo en las librerías y
en las casas de muchos que lo desearon.
Durante estos meses, mi cárcel fue la espera
de mi inminente marcha y me senté a verla venir. La vida, finalmente, decidió
regalarme tiempo, ese que me apoya en este camino anhelante de las letras y sus
emociones. Y aquí estoy para celebrar ese oro que es el tiempo que me lo
permite.
Empecé muy tímidamente; primero
fueron tartas improvisadas, salieron contentas y, poco a poco, aprendía que no
todas mis puertas se me habían cerrado; una ventana muy dulce brotó de aquel
muro amargo y oscuro que me cubría. Descubrí que cada mañana, aunque amanezca
lluviosa, gris y fría, un toque de calor la puede salvar. Cada día tiene su
pastel en la agenda y se merece celebrarlo y yo le hago ese regalo a la vida
que, a su vez, ella me lo devuelve en confianza y seguridad de que es posible
cambiar los pronósticos anunciados en cada telediario.
Y,
hoy y aquí, os los presento a vosotros; no todos han podido asistir, sólo una
selección que sirva como muestra en esta degustación, apta para todos los
paladares, sin alérgenos, ni conservantes y, espero que sin fecha de caducidad.
Y me viene a la memoria en este
instante concluyendo esta introducción, al inmenso Paco Umbral diciéndome:
¿pero, tú no has venido a hablar de tu libro…? Insinuando sin remilgos como era
él, por haberle dado el papel protagónico a mis dulces y el secundario a mis
escritos como telonero. No, Don Francisco, le respondería: Desde la primera
letra que aparece en el texto, ya estoy describiendo a mi “ROSAE”. De dónde
vienen, por qué se engendraron, por qué ahora, cuáles son mis fuentes de
inspiración en esta narrativa que hoy presento, qué o quiénes son los
personajes: personas, animales o cosas, lugares... Mi
presentación, por sí misma, es otro relato. Contiene buenas dosis de lírica en mis
revelaciones; cumple con las reglas de las tres unidades del teatro clásico:
tiempo, acción y espacio y, evidentemente, una narrativa que recoge mi
propósito de maridar dulces y palabras tan necesario, en este mundo que nos
sabe amargo, en tiempos donde los discursos carecen de buenas emociones, las
verdades del corazón agonizan y la paz está en un exilio peligroso. Quédese
tranquilo, señor Umbral, he hablado de mi libro porque mi libro soy yo.
Mientras lleguen amaneceres,
hornos y teclados vivirán conmigo en esas horas tempranas donde medio mundo
duerme y yo, desde la otra mitad, sueño realidades que cobijaron mis sueños.
MANUELA BARRIOS FEDRIANI
Vibrantemente vivo. Palpitantemente luminoso.
ResponderEliminarComo tú y tus poemas, querido Juan!!!
EliminarEs una maravillosa presentación!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Isabel!!!
EliminarHoy he sido más feliz al poder leerte. Gracias por volver.🥰🥰🥰
ResponderEliminarMuchas gracias, Anónimo/a.
ResponderEliminarSe me olvidó poner el nombre. Soy Emilio.😄😄😄
EliminarTan bellos tus escritos y con tanta dulzura como tú y tus "Mobylenas". Cuánta pasión de vida le pones, y eso me encanta. 🤗
ResponderEliminarRebosas sensibilidad, querida Inma. Muchas gracias.
ResponderEliminarSiempre a ti por SER.
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