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"SI ME QUERÉIS, DADME EDUCACIÓN"

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Mamá, papá, estoy perdido/a, descontrolado/a, no sé conducir mi vida. Cojo el camino más transitado aun siendo dirección prohibida. Me disteis un carné regalado, sin apenas aparecer por allí, sin exámenes, sin pruebas que garantizaran mi seguridad y la de los demás. Vine al mundo por un rato de amor, de placer o por un error descontrolado, no lo sé. Pero estoy aquí. Me cuidaron programas de televisión, series indefinidas sin vuestra aprobación, móviles, plays y sus juegos de exterminios a lo Putin.  Me llevasteis a guarderías para guardarme esos ratos; al colegio, para que se ocuparan de enseñarme su parte y la vuestra. Allí, me encontré a muchos como yo. Tan perdidos como yo. Cada falta que cometía y me reprendían, la solucionabais atacando al profesor de turno, que "no sabía hacer su trabajo" (y, por ende, el vuestro). No he aprendido a diferenciar lo que está bien de lo que no lo es; me temo que tampoco vosotros lo sabéis. Salgo y entro cuando quiero, nadie me lo impide; s

"¡MAMÁ, NO QUIERO SER ARTISTA!"

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  Con tu permiso, Joan Manuel:  "Nos empeñamos en dirigir sus vidas/ sin saber el oficio y sin vocación./ Les vamos transmitiendo nuestras frustraciones/ con la leche templada/ y en cada canción". "Esos locos bajitos" tan bien paridos por Serrat, son niños, no lo olvidemos. No tenemos derecho a manejarlos y, ni mucho menos, a manipularlos para que cumplan nuestros sueños incumplidos. A los padres, nosotros, nos criaron con aciertos y desaciertos: como buenamente supieron o pudieron. Siempre quedan momentos en nuestros baúles sin abrir. Esas herencias son peligrosas, confundimos lo que debemos guardarnos y llevarnos  allá dónde nos lleve la vida, o al más allá, con transferir nuestra deuda a los hijos. Esas quimeras nuestras no son nuestros ADN, solo nuestros DNI (personales, intransferibles). No somos dueños de sus vidas, de sus sueños y, mucho menos, de sus vivencias. Somos padres y madres que, voluntariamente, o no, hemos parido vidas, pero no olvidemos que son vi