En pocas semanas, celebraré el tercer cumpleaños de mi ventana a la vida: mi blog. Nació con mucho esfuerzo, un largo parto de más de 48 horas, sin comadrona que me asistiera y, al igual que su madre, lo hizo en  casa y con muchos deseos de verle la cara para saber si tenía mis rasgos y mi ganas de esfuerzo para sacarnos adelante. Soy su madre, soltera, los dos hemos caminado juntos, con los mismos valores, principios y, casi siempre, estamos de acuerdo. La crianza va adelante, nos conocemos, nos aceptamos y nos corregimos mutuamente si llegara el caso. Nuestra única bandera es la verdad, el color siempre será hermoso, preferimos la blanca y la del arco iris; ambas representan lo que el mundo necesita; paz, igualdad y respeto.  Bajo estas premisas, salen nuestras palabras que, a su vez, están reservadas en nuestra despensa de las buenas emociones, pero, lamentablemente, frente a ella, otras se disputan su papel en el escenario de las maldades, del odio, la mentira y los daños gratuitos