"EL PUTO AMO VERSUS EL AMOR PURO"

Mi padre nació en 1926, y hace varios años ya lo califiqué como el primer feminista por estas fechas en las que se recuerda la igualdad entre hombres y mujeres. Él trabajaba muy duro (de lunes a domingo) y, al llegar a casa, no se olvidaba de sus cuatro hijos y, por supuesto, de mi madre cuya vida era llevar adelante a su familia. Formaban un tándem perfecto sin programaciones horarias de sus tareas. Iban sobre la marcha de la necesidad que se presentaba y la socorrían. Nunca existió el machismo en mi familia. La igualdad entre los unos y las otras era la premisa de nuestra educación. Nos criaron en la independencia del yo en las obligaciones racionales de que no hay que preguntar cuándo está la comida o dónde está esa ropa que no encuentro. En ambos casos y en otros muchos, tus manos estaban y tú con ellas para solucionarlo: aprende a cocinar, ocúpate de tu ropa lavándola, tiéndela y la planchas o no, ese será tu problema, pero nunca uno añadido a tus padres. Hoy, casi cien...