"LUCES EN SOLEDAD"
Apenas las 2 de la madrugada y ya amaneció. Miro el reloj incrédula; sin encender ninguna bombilla, veo la hora y, en efecto, ya es de día. Mis tres balcones están despiertos y quieren su desayuno como siempre cuando abren los ojos. Se lo doy a ver si echan una cabezadita; no tienen nada por hacer ni nadie que los mire ni los salude. Alguna de ellas debió darles un guiño y pareció lo que no fue; sólo unos segundos de engaños y de vuelta a las claras. Hace frío cuando me asomo al balcón de la cocina (sitio oficial para encontrarme con mi ducado que me espera fiel y deseoso de prenderse y entrar en calor. Literalmente, no hay un alma en la calle ni en la plaza. Nadie más con luces de adorno y muy pocas de inteligencia. Está claro que no son ellas las que deciden cuando retirarse o salir a escena. Están de guardia esta noche/día; cumpliendo sus imaginarias impuestas por castigo o un turno perdido en cualquier agenda australiana. Ayer, noche (hace sólo un ratillo) deduzco...