"MI QUERIDA LULÚ"
María Luísa M. M. no es un recuerdo, es una vida sin finales. Nos conocimos en el primer curso de la facultad y nos unió una gran metedura de pata mía que, ella sorteó con risas y mi cara descompuesta se fue relajando hasta calmarse y, hoy, es nuestro grito de guerra y de bienvenida cuando nos reencontramos. Mujer humanista por excelencia, maneja hábilmente el saber: palabras, idiomas, músicas innovadoras, escenarios y su docencia. Su espíritu heredado de una familia abierta a sus tertulias diarias, improvisadas, donde las opiniones de los que nos sentábamos alrededor de su mesa camilla tenían valor y mucho respeto. Lulú creció dialogando en su tono melódico, sin alteraciones ni subidas ni salidas de tono. Y su esencia sigue intacta, su alma libre también. Es capaz de tener infinitas amistades y todas están atendidas por ella y su incansable humanidad que nunca deja de escuchar al de al lado o al de enfrente. Nuestra amistad no la marca el tiempo de ausencias. Nunca miramos ...