" VECINOS QUE NO PELEAN, GUERRA QUE NO COMIENZA"

Decía mi padre que es más fácil cambiar de trabajo que de vivienda. Parecía exagerado, incluso, un chiste, pero, él era de ideas claras y de sentencias contundentes y lúcidas. Y otro más preciso aún: tu libertad acaba donde empieza la de los demás. Pongamos un ejemplo práctico: quieres escuchar música en tu casa a un volumen excesivo y te escudas en que es tu derecho y tu libertad de hacerlo por estar en tu propiedad. Igualmente, el vecino cercano quiere silencio. ¿Quién de los dos tiene razón?; evidentemente, ninguno. Ambos han de ceder a un sonido intermedio y tolerable para el descanso de uno y el oído del otro. Es cuestión de minutos y buena voluntad (diálogo) controlar esa batalla incipiente y que no se convierta en guerra. La cesión y concesión son imprescindibles. No es cuestión de vencedores ni vencidos, las dos partes pueden ser iguales en victorias o derrotas, depende de ellos y de sus razonamientos en sus negociaciones. Lo que es innegable e inadmisible es el martirio ...