" O TODOS O NINGUNOS"

Desde mis no creencias en ninguna religión ni en sus proclamas ni actos, nunca entenderé que en un país aconfesional, reflejado en la Constitución de 1978, la fe católica se considere la única, la principal y la que tiene el derecho a celebrarse a pesar de los muchos que sólo nos limitamos a respetarla cuando la vemos venir. Que se mantengan festivos en todo el país los días quince de agosto, ocho de diciembre, la semana santa y algún que otro que luce en el calendario, no lo entiendo. No pido que se anulen, sino que les cambien los nombres por otros laicos y en el que toda la población se vea reflejada sin más pretensiones que la del descanso del trabajador/a. Si mis propuestas suenan a pecado algo original sin manzanas previas ni bocados, ¿por qué se rechazan aquellos cultos de una gran parte de españoles que, desde sus creencias ancestras, tienen también sus días y sus cultos? ¿Por qué las ridiculizamos?, y ¿por qué los más pecadores y malignos se atreven a atentar contra...