Dada, mi nieta, Daniela para el mundo, observa días diferentes en los que aparece un árbol plantado en su salón lleno de bolitas de colores y luces que se alternan en el ahora sí y el ahora no; en su guarde, aparecieron tres hombres con capas y barbas que ella no conocía, y uno de ellos la sentó sobre sí y le contó que pronto irían a su casa; las calles son diferentes, muchos carros de compra abarrotados, gente que entra y sale de las tiendas cargada con paquetes envueltos en muchos colores que ya distingue; canciones alegres suenan por la ciudad animando pensamientos si fueran tristes y, lo más llamativo para ella es la cantidad de besos y abrazos mutuos que reciben los encuentros entre conocidos al pasar.  Son momentos diferentes al resto del año, a ella le gusta esa movida de corazones anhelantes que sacan el amor guardado y reservado para estas fechas. Dada se acerca y me pregunta por el significado de esa nueva palabra en su diccionario particular en el que nos comunica...