De nombre David, su apellido lo define: BRONCA, NO. Durante algunos años se mantuvo en la RESISTENCIA privada que ya es pública. Una REVUELTA ha sacudido al país de ese enorme letargo en donde pasar el tiempo consistía en el ataque de muchos insectos donde las hormigas son las más inofensivas frente a palabras que castigan a sus fervientes seguidores con inyecciones de confusión a través de bulos y críticas malsanas que no se alimentan de la verdad y adormecen mentes en esa doctrina de la mentira. Este hombre tranquilo no trae guerras, cree en el diálogo de la fresca espontaneidad donde el insulto no tiene recorrido, sabe responder dándole giros hacia la calma. Las guerras, esas malditas contiendas que sublevan la ignorancia sin preguntar, sacando los trasfondos de las miserias y las cloacas, sobreviven a diestro, que no a siniestro, en aquellos antros donde no tiene vida la transparencia en sus mensajes oscuros hacia la multitud que lo aclama y jalea porque aplauden al ritmo de ...