En la Grecia clásica, los filósofos debatían sobre todo lo que no entendían o, simplemente, lo que era tan evidente que no merecía más que una denominación que las agrupase en un conjunto donde la aceptación era el camino correcto. En ambos casos, previamente se habían cuestionado muchas preguntas que exigían profundidad tanto en el planteamiento como en sus resoluciones diferentes que creaban tendencias o escuelas donde un nombre propio, de entre ellos, se consideraba el maestro teórico y, el resto, sus seguidores. Una de sus conclusiones fue el catalogar las reglas generales y básicas del pensamiento lógico que no requieren de demostración por su clara evidencia y que han de ser aceptadas sin más debate ni estudio. Y llegamos al punto interesante que me ocupa: el AXIOMA. Son reglas generales del pensamiento lógico basado en premisas cuya solución no existe, es evidente y dónde no cabe más que esa aceptación que mencionaba al comienzo. Sirva como un ejemplo clásico este que nos pre