"EL PUTO AMO VERSUS EL AMOR PURO"
Mi padre nació en 1926, y hace varios años ya lo califiqué como el primer feminista por estas fechas en las que se recuerda la igualdad entre hombres y mujeres. Él trabajaba muy duro (de lunes a domingo) y, al llegar a casa, no se olvidaba de sus cuatro hijos y, por supuesto, de mi madre cuya vida era llevar adelante a su familia. Formaban un tándem perfecto sin programaciones horarias de sus tareas. Iban sobre la marcha de la necesidad que se presentaba y la socorrían. Nunca existió el machismo en mi familia. La igualdad entre los unos y las otras era la premisa de nuestra educación. Nos criaron en la independencia del yo en las obligaciones racionales de que no hay que preguntar cuándo está la comida o dónde está esa ropa que no encuentro. En ambos casos y en otros muchos, tus manos estaban y tú con ellas para solucionarlo: aprende a cocinar, ocúpate de tu ropa lavándola, tiéndela y la planchas o no, ese será tu problema, pero nunca uno añadido a tus padres.
Hoy, casi cien años después de los nacimientos de mis padres, observo cómo se ha desandado la igualdad en ese hogar donde, a lo sumo, se celebra que el varón "ayuda", pero no comparte al 50% (si queremos ser justos y matemáticos...) sino que se limita a echar una mano (torpe con la excusa de que no sabe ni quiere aprender) y su participación se reduce a un pobre y oscilante 20 o 25% que lo deja extenuado, tanto, que ha de recuperarse con una siesta reparadora o se quejará de que está roto (prescindo de la -a en ese adjetivo porque sólo hablo de hombres en este caso).
Hemos conseguido por justicia que obtengan las bajas por paternidad porque es un derecho y un deber de los padres hacia sus hijos/as; pero, tristemente, tampoco lo asumen en su totalidad. Es la madre la que lleva las riendas del mayor peso de las responsabilidades de ese tiempo otorgado a ambos.
Considero culpable a la mujer, sí. Tolerante y comprensiva de esa actitud que admite y no cuestiona el reparto equitativo en la familia. Es la mujer la que tiene que dar ese golpe de estado donde es imprescindible derrocar la dictadura machista por el bien de todos/as si queremos que la historia no se repita (que ya sabemos que vuelve si no se le para...) y criar a los hijos/as con el ejemplo de la práctica del padre y de la madre en su misma implicación de esos deberes.
Nos preguntamos el porqué se mantiene el machismo, la supremacía ejercida del hombre sobre la mujer; lo tengo claro, nunca vieron en su casa ese ejemplo de igualdad en las tareas de hacer su cama, de fregar lo usado en el desayuno, de recoger su espacio y de una responsabilidad que atañe a todos y todas los miembros que habitan en ese hogar (si es que lo es) o en esa casa de paredes en las que unos tienen más privilegios que otras.
AL PUTO AMO HAY QUE DEVOLVERLO A LAS CAVERNAS SI NO ENTIENDE QUE LA BASE DE ESA IGUALDAD FEMINISTA RESIDE EN EL AMOR PURO, ESE QUE SALE NATURAL SIN LLAMARLO NI OBLIGARLO NI AMONESTARLO. JAMÁS MI PADRE ESCUCHÓ LLAMADAS DE ATENCIÓN. ÉL SIEMPRE ESTABA ANTES ENSEÑÁNDONOS A CRECER CON SU EJEMPLO.
Pd.: LA VIDA FAMILIAR NO ES FÁCIL NI IDÍLICA. LOS PROBLEMAS VIENEN SIN INVITARLOS, ESO SIEMPRE SERÁ ASÍ. SÓLO UN FRENTE COMÚN UNIDO E IGUALITARIO PODRÁ LUCHAR GANANDO BATALLAS Y ESO SE LLAMA EQUILIBRIO EN LA BALANZA DEL TÚ ME IMPORTAS TANTO COMO YO.
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