VERSOS SEMBRADOS:" UNA ROSA Y UN PUEBLO"
Triste siento mi jardín, desnudo amaneció
tras larga noche hambriento.
Le di agua, le di sol,
le di amor.
Se hizo pequeño, en un rincón,
la amargura lo invadió,
despidiéndose con el horror.
Sólo yerba enredada, despeinada
destrozada por caudales locos, sin sentimientos.
Sin armas, sin corazas,
quizás, el viento...,
vientos que van y vienen
hacia un desierto anegado
a donde exilian a los muertos.
Aires sin rumbo se posaron
volando hacia lo maltrecho.
Aterrizó, que no por azar,
atraído por canciones de antaño
que reconoció entre los yermos.
Otros jardines, de flores repletos,
culpables del cambio de aquel desoído presagio
lo alimentaron en la desgracia
desgarrando almas, rompiendo sueños.
Cayeron simientes en lo deshecho,
cayeron agua fresca y alientos.
Embriones de esperanza
encontraron sus huecos en los duros inviernos.
Pies, muchos pies, todos
Manos, muchas manos, todas,
anduvieron en busca de esos encuentros,
armados con tiros de ayudas
que disparan voluntades desde sus pueblos.
Y de entre la nada y el desespero,
una tarde de otoño, asistida por parteros
y matronas sacaron de su vientre
el fruto de esa simiente
de esfuerzo, de escasas lunas,
de frutos nuevos.
Jaramagos brotaron, flor fuerte
nacido de lo roto y los escombros.
Tales eran sus ganas,
tales sus esperanzas,
que pronto renació una nueva rosa,
rosa de amor fraterno,
esparciendo aromas de hermandades,
que sin céntimos ni sueldos, arroparon a jardines
hasta que amaneció para ellos.
Que el pueblo es un pueblo
cuando son almas entre ellos,
sin razas ni banderas,
demuestran la grandeza
y su esencia de llamarse pueblo,
pueblos de tierras caminando
porque caminos nacen andando.
Solo el pueblo salva al pueblo
ResponderEliminarEl pueblo que tiene alma, siempre vencerá.
ResponderEliminarQué belleza de palabras para rendir el mayor de los homenajes a esas mujeres y hombres que resisten con valentia y dignidad.
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