"NUESTROS MIEDOS"

 


Nuestros miedos, solo son nuestros, los creamos para protegernos de más miedos. Paradojas de la vida. Nos marcamos unos límites en donde creemos que está el abismo por el que nos vamos a precipitar al vacío y pensamos que, con este cortafuego, estaremos a salvo.

Parto de que los miedos nacen de recuerdos traumáticos del pasado y de la incertidumbre de lo que está por venir, de lo desconocido y de cuando esto se vuelve oscuro ante nosotros. Nos olvidamos, pues, del presente, de vivirlo con la libertad de experimentarlo limpiamente, sin prejuicios, a solas con él.

Los miedos son alarmas, y eso está bien, pero se deben usar para aprender desde ellos. Nos alertan, pero no para evitarlo sino para conocerlo y reconocerlo después. Son enseñanzas que añadimos a nuestra memoria y a nuestras emociones. No deben ser paralizantes porque nos ganarían y quedaríamos derrotados para seguir en el camino de nuestra vida. Todo lo nuevo nos hace dudar de su eficacia, y esto es bueno. Es el momento de hacer uso de lo que hemos aprendido y de su aplicación. Lo negativo es que nos siga asustando el pasado, que esos miedos sean las manos que manejan los hilos de los títeres, nosotros. Que el pasado, con sus malos momentos, nos atormente es un hecho; esos recuerdos pueden dirigirnos el futuro si se lo permitimos o, bien, mirarlos, sentirlos, ponerles nombre y clasificarlo en alguno de los compartimentos de nuestras emociones y, si vuelven a aparecer, no serán desconocidos, los saludaremos y hasta la siguiente. Ya no es desconocido, ya no hay que temerlo, es tan solo una vivencia más que nos ayudó a superarnos para anhelar más vida.

La depresión se alimenta del pasado y la ansiedad del futuro; y ¿de qué se nutre el presente? Utilicemos el miedo para nuestro beneficio, no para destruirnos. El miedo, desde el presente, es un arma útil para despejarnos el camino hacia delante, como una espada que irá cortando los peligros que nos encontraremos. No se trata de vencerlo, sino de darle las gracias después de habernos dado cuenta de que su ayuda nos ha hecho más fuerte en el proceso de la vida.

Para ser verdaderamente libres, sin apegos, sin cadenas ni mochilas, necesitamos saber que lo son, que están ahí pero, que ya no viajan con nosotros porque, desde nuestra libertad, lo hemos decidido así.

No siempre este camino en libertad se consigue solo, sin ayuda externa y especializada que nos enseñe a llegar a entender lo que pasa y por qué nos pasa. Pero, sin duda, el primer paso, es querer empezar a andarlo. 

PD: SI TEMEMOS QUE HAYA UN MONSTRUO DENTRO DE NUESTRO ARMARIO O BAJO NUESTRA CAMA. ABRAMOS SUS PUERTAS O AGACHÉMONOS PARA VERLO. NO HUYAMOS DE ÉL. DEBEMOS CONOCERLO, DETECTARLO, SABER CÓMO ES, PONERLE NOMBRE; DESPUÉS, CERRAREMOS LOS OJOS,  ABRAZÁNDONOS MUY FUERTE A NOSOTROS MISMOS Y QUERIÉNDONOS MÁS QUE NUNCA; ASÍ PERMANECEREMOS HASTA QUE PASE, Y PASARÁ, SIN DUDA. Y, AGRADECIENDO ,AL MIEDO, POR DAR LA SEÑAL DE ALARMA.

Comentarios

  1. Este es un gran articulo, para leerlo y releerlo varias veces, exprimiendo cada palabra e interioizarla en nuestra mente y corazón.
    Es todo un proceso de aprendizaje y evolución!!
    Nuestros miedos son sólo nuestros y a medida que avanzamos vamos superando y aprendiendo de esos terrores y nos enseñan en cada prueba que superamos que nos han dado una gran experiencia y sabemos reconocerlos y es un paso más en nuestra propia evolución!!
    No ayudan a vivir el maravilloso presente, tan olvidado y sacar su máximo partido
    Cada pasito que lo damos hace que podamos disfrutar del momento que estamos viviendo y a querernos a nosotros mismos, tener más luz y apreciar las llamadas equivocadamente las pequeñas cosas del presente, que en realidad son un Tesoro de valor incalculable!!
    Un gran lección de vida, Moby.
    GRACIAS!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Pues si, que bien lo has descrito. Parece lógico que aparezca el miedo cuando conocemos la verdad que hay detrás, pero a veces no hay nada, solo desconocimiento, incertidumbre o recuerdos de malas experiencias ajenas. En realidad, nada que temer, ya se encarga nuestra imaginacion de ponerle cara al miedo. A esta también conviene controlarla un poco pq en ocasiones es ella el monstruo mismo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es lo importante, no ponerle cara desde nuestra imaginación, sino desde nuestra realidad

      Eliminar

Publicar un comentario