"LA VALENTÍA DE LA VERDAD VERSUS LAS MALDADES COBARDES"

 











Pensar con interferencias, siendo parte coral de los que repiten lo que escuchan, de esos loros transmisores que difunden lo que oyeron sin más argumentos que los que el eco mantiene, de entrada, son muy peligrosos, su única arma es el ataque  sin razones porque ni siquiera las comprendieron o ni tan siquiera las hubo. Sonaron, en su anacrónica gramola, gritos violentos sin contexto y los devuelven a la calle como una de las canciones de  temporadas ancianas y  demodés, arcaicas, porque se han quedado en la prehistoria del pensamiento o más allá aún. Se creen valientes por esos gritos obscenos hacia el de al lado que se deja llevar como otro más, sintiéndose intimidado, y  los recita en su catecismo de los miedos a ser diferente entre esos suyos que ya piensan por él. Esa es la cobardía, esconder tus pensares por temer represalias de los demás o peor aún, de ti mismo; ese quedarte desnudo sin tu armadura y la verdad de frente, mirándote a los ojos que ocultas bajando los párpados, buscando los suelos como tapadera de tu desnudez.  De su pozo brota soberbia, emoción oscura que nace del inframundo de la necedad y de su necesidad por mantenerse erguido después de la derrota.

Su peor enemiga, la verdad, esa  criptonita que los despoja de sus fuerzas aparentes ante los débiles a los que somete sin dificultad y los domestica haciéndolos suyos. Son sus vasallos, se les vendan los ojos sin oposición, presas fáciles... La verdad es la valentía, viaja sin descanso, quita vendas, destapa oídos, rompe cadenas..., no siempre sale victoriosa, muchos se rebelan y no quieren enfrentarse a la razón, la claridad, la humildad de aceptar errores..., carecen de esa magia, la extraviaron en ese camino de mentiras y se comieron las miguitas que marcaban su regreso; se sienten perdidos, no aprendieron a pedir perdón al mundo, no conocen otro que el suyo, el de la mentira y el de su defensa.


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