"TODO ES DE COLOR"


Nunca sabes cuánto puedes dar de ti hasta que el color negro es el prevalente. Ante esa oscuridad, tienes dos opciones: enlutar tu vida o pintarla, libremente, con la gama infinita que puedes crear sobre un simple papel o en tu imaginación. Hace unos años, me vi ahí. Dicen que el negro no es ni siquiera un color, sino la ausencia de todos porque los absorbe y anula. Y es verdad, la falta de luz te ciega y no ves más allá de esa nada que te pinta la tristeza de la ceguera. 

No sé cómo, no lo recuerdo, aparecieron unos cuadernillos en casa con dibujos cuyas siluetas se perfilaban en negro enmarcando espacios en blanco. Me vi en ellos: un cerco de trazos encerraban  vacíos mentales sin salidas. Rebuscando en el cuarto de mi hija, lapiceros sin punta, aburridos y solitarios yacían en una caja de metal antigua que me costó destapar. Fue todo un descubrimiento lo que allí sobrevivía, los rescaté, los vestí de domingo y, ya de punta en blanco, formaban un espléndido arcoiris iluminando cada rincón por los que andaba con ellos.

Me hice con todos sus complementos antes de empezar: sacapuntas con su contenedor que llenaba y vaciaba como parte del proceso (metáfora y realidad) y nuevos parientes de muchas razas completaban mis comienzos.

Lo que carecía de vida se fue revitalizando con esas primeras y endebles pintadas, eran aún muy tímidas para salir a escena. Lo que fue un encuentro casual se convirtió, poco a poco, en mi mejor compañero y amigo. Sabía que, al acabar mi trabajo, me esperaban impacientes para lucir su nueva imagen a través de una simple punta que resultó tan poderosa.

Fue una etapa creativa, aquella que necesitaba para salir de rincones invisibles, cambiar mis paredes mentales incoloras y encender la mecha de una vela cuya tímida luz fue el inicio de la muerte de las telarañas porque ya las iba detectando y las ubicaba en el exterior, despacio, sin prisas pendientes de un largo diálogo con ellas cuando llegara el momento.

Colorear se convirtió en la primera distracción (no me gusta "hobby") que ocupaba algo que nunca había visto pasar por casa: el ocio, el tiempo libre, para mí sola. 

Fueron alrededor de quinientas láminas las que coloreé y que, terminadas, las subía al facebook con un nombre propio según fecha de su nacimiento y las inscribía con números romanos: "ENTRE COLORES", así los denominé en su conjunto. Fueron tantas las horas que compartimos que ya nos conocíamos a la perfección; salían voluntarios cuando no los llamaba y todos jugaron conmigo con ese balón de vida al que no le faltaba ninguna raza y que nunca me permitieron quedarme en el banquillo sin participar

Ellos y, posteriormente, mi afición de repostera, me abrieron caminos que, después, yo llené de palabras.




Comentarios

  1. Pues claro que todo es de colores... Las vocales tienen colores, las palabras también y tú tienes escondidos muuuchos que te explotan a diario en un papel, soporte casi perfecto incluso para la ausencia de colores y palabras. El teléfono me ha dado una alarma sobre no sé qué posibilidad de seísmo y lo que realmente pasaba era que tú habías encontrado el ritmo perfecto. ¡A colorear el mundo!

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  2. 👏👏👏👏👏👏👏👏. Mejor descrita tu lucha imposible. Eres increíblemente maravillosa. 🥰🥰🥰

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  3. La vida no se puede quedar en gris habiendo tanto por andar!. Muchas gracias, querido Emilio!!!

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  4. Ya lo cantaban Lole y Manuel... Todo es de color.
    Preciosa descripción!

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