"LEVANTARSE POR LOS PIES DE LA CAMA...!

 

¡Ojú, ya se levantó la niña por los pies de la cama...! Expresión muy gaditana al ver la cara (o careto) al despertarse y aparecer ante la familia. Es sinónimo del que se despierta de mal humor obviamente. Salir del catre por un lado u otro dependerá del que hayas dormido o, quizás, del que hayas dejado las zapatillas por la noche. Pero hacerlo por los pies, es decir, por ninguno de los laterales da qué pensar. Es un esfuerzo mayor, has de arrastrarte hasta allí (ir andando  corre el peligro de caída por un precipicio tanto si saltas como si te agachas; yo no lo haría...) Quizás de ahí nació la expresión por el  esfuerzo realizado para poner los pies en el suelo como primer acto de la jornada. 

El humor con el que se amanece es una lotería sin apuestas. Nadie conoce cuál será. Puede ser la mala noche por un bebé que ha llorado a deshoras, problemas del día anterior, pesadillas rocambolescas, una mala digestión de la cena, broncas con parejas o ajenos o, simplemente, contigo mismo/a. 

No hay que perder las esperanzas, quizás se disipe con un café o colacao, con una buena ducha o el aire que entra por la mañana, si te asomas, se lo lleve. Pero, no hay que cantar victoria, podría quedarse hasta el próximo amanecer y andar con ese pies de la cama sin admitir otros zapatos que los calme. 

No sólo han de soportarte los cercanos, es mucho peor, has de aguantarte tú también y eso fastidia bastante más. Intentas poner cara de todo va bien, pero se nota demasiado ficticio y no convences a nadie ni a ti.

Durante esas horas, todo molesta, aunque sea la nada. Muy grande y bueno sería lo que te volviera a la normalidad, supuesta, de ver que es un día cualquiera, sin más aspiraciones que las de dejarlo pasar en cuestión de unas horillas. 

Luz Casal los llama "Días marrón" en su canción. Son los negros o grises de toda la vida y ¿a quién no les ha tocado más de una vez?. 

Como en casi todo, hay soluciones más o menos complicadas o más o menos fáciles. Vivir solo/a es un lujo cuando te llegan esos oscuros o grisáceos; hacerlo en familia o rodeado de más humanos en tu profesión te obliga a tomar buenas dosis deltodovabien sellado con forzadas sonrisas que lo avalen y garanticen. Es lo que hay.