HISTORIAS DEL AHORA: "AROMAS FRAUDULENTOS"
Una intrépida mujer salta junto a su caballo de una montaña a otra y consigue una hazaña prodigiosa; un grupo de chicas de edades que rozará la treintena y con siluetas de todos los colores camina en grupo alertando de su poderío; una joven sobrevuela cielos ayudada por aires invisibles que la mantienen en ese espacio; otra es capaz de andar sobre aguas doradas al compás de un cuerpo sobresaliente marcando su absoluta riqueza en su camino; las hay que llenan globos gigantes hasta que estallan y muestran la magia de lo que contenía en su interior; otra baila alegremente sobre una mesa, desinhibida y coreada por unos que la admiran hasta que llega su hombre y vuelve a él ruborizada por su atrevimiento, él le entrega su corazón a modo de perdón y ella agacha la cabeza ruborizada porque él la readmite. Julia Roberts se agobia en el ascensor que la conduce a una fiesta en la que será la estrella, se desprende de su ornamento y se escapa por las calles de París (porque ella es una estrella por sí misma). Hombres con el torso al aire (porque ellos sí pueden) se disfrazan de marineros en tierra y, a través de su esfuerzo musculado, levantan anclas y ganan la batalla al mar bravío; los hay que lucen su exclusivo smoking deshecho porque vienen de una fiesta trasnochada en donde su triunfo ha sido absoluto como hombre y, posiblemente, también como un gran amante.
Caras y cuerpos conocidos y anónimos son entronizados siempre y cuando se envuelvan en perfumes exclusivos o en aguas degradadas; no importa, eso les hace más cercano al pueblo, los preparan para todos los públicos y bolsillos. Aires perfumados son los que dominan el mundo y, por ende, a la humanidad, eso es lo que nos venden y lo venden muy mal. Parecen ignorar que el cuerpo humano tiene su olor particular, personal e intransferible que se desarrolla, quizás, durante nuestra adolescencia y nos acompaña de por vida delatando nuestra presencia.
Jamás en un anuncio lo han tenido en cuenta, sería tirarse piedras sobre sí mismo y sus euros no entrarían por sus cajas. Pero esa es la verdad, el olor corporal (desde la higiene) es exclusivo en cada piel y persona y un perfume puede ser una bomba al encontrarse con él. Nadie debería regalar algo tan íntimo si no es el elegido y usado por la persona destinataria. Guardando las distancias, es comparable a los libros, es muy arriesgado si no conoces cómo siente, piensa, sueña ese posible lector/a al que le tocará en suerte o no en algunos de esos regalos marcados en el calendario.
Y, ¿alguien recuerda la marca que presenta ese producto tan mágico que nos eleva, empodera, fortalece ante el mundo en la tienda cuando lo tiene en la mano?. Imagino que ahí bajará al mundo real y su compra o no dependerá del precio y no de su esencia porque esta pasará desapercibida si no la conoce. Y, finalmente, se irá con su tarrito de colonia sin más pretensiones ni más pasiones. Eso es lo que queda después del marketing tan orquestado y elaborado en su campaña por vendernos humos tan volátiles como esos aromas fraudulentos y ese poder atrayente y cautivador con el que conquistar al mundo.
Ni me acuerdo del nombre del perfume que usaba la madre de mis hijos y que, seguramente ya cambió. Ni me fijo mucho en esos anuncios que muestran a Anaïs o a Le Matelot... Seguro que han cambiado poco o nada, pero, eso sí sólo sé cuál tengo en mi baño... Son casi "de toda la vida"... Cuando dejé de encontrar mi agua de colonia desde siempre. La que usé tras afeitarme el bigote (porque ya no era simple bozo) por primera vez y no tenía un after shave: Atkinson. Y sí, la anuncian figuras muy poco del montón una es Boss y la otra 212... 😇🤣 Er More dixit.
ResponderEliminar¡Donde se ponga el agua y el jabón (=gel)...!!!
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