HISTORIAS DEL AHORA:" LA AGONÍA DE LAS LETRAS"
Mi mano derecha ya carece de dueña que la mande. Sus movimientos no tienen directora ni directriz que manejen su camino a mi gusto. Jamás, antes, se me había rebelado. Ante un papel en blanco, sin rayas ni cuadrículas, se erigía recta, sin dudas ni miedos a estampar trazos con matemática rectitud. Mi boli bic azul de punta normal era mi escudero; siempre a mis órdenes, cumplía como mediador entre mis palabras y yo. Mi mano derecha es también otra víctima en todo mi proceso. Su escasa funcionalidad resta libertades perdidas ahora en el aire de no atraparlas en su vuelo.
Escribir a mano sobre ese folio inmaculado y con mi tinta normal es un privilegio robado. Mis grafías se alteran tanto que viven en una confusión en sí misma por sus muchas interpretaciones en esos trazos nerviosos. Incluso, mi identidad más íntima lo sufre: mi firma.
Me siento como "Los últimos de Filipinas" ante mi lamento. El mundo no llora la ausencia de la escritura manual con su pandilla imprescindible. Las teclas son las que cuentan historias: cartas de amor y desamor, noticias, verdades, mentiras y lo que se tercie a esa voluntad subyugada del autor sometida, ahora, al corrector que las dirige ante esas palabras que no saben caminar a solas con su creador porque la ignorancia de las reglas básicas se fueron de su memoria o nunca llegaron. Se está perdiendo esa autonomía de autor que aprende con el esfuerzo de encajar palabras sobre papeles manuscritos donde la correcciones las curaba su juicio de distinguir lo correcto de lo que no. Del "mi mamá me mima y el amo a mi mamá" que escribimos en nuestro cuadernillo Rubio, queda muy poco. No creo que esos amores paternales ya no existan, pero no se cantan a mano sino al dictamen de una fría máquina que lo reproduce.
Se ha regalado nuestra destreza comunicativa a cambio de perder nuestra agilidad manual y que esta se alimentara de errores con sus soluciones propias contenidas en aquellos añorados manuales de ortografía en lo que, fácilmente, adquiríamos herramientas para el uso y disfrute del principiante y de su madurez en la autonomía de por uno mismo.
La REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (R.A.E.) considera que nuestro idioma tiene letras cuyo uso complican demasiado a los usuarios en determinados vocablos y cree que su deber es rebajar las dudas más usuales unificando letras diferentes con el mismo sonido: b/v; j/g..., optando por elegir la más popular entre los pocos usuarios que aún sobreviven ante esa dicotomía: MATAR NUESTRO ALFABETO APOYANDO EL ANALFABETISMO!
Concluyo con mi añoranza introductoria: la pérdida de mi estilo gráfico sobre blanco que tanto decía de mí por ser único, porque era yo.
NOTA DE LA AUTORA: Soy zurda en mis principios pero mi diestra se opone a caminar en esa dirección
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