"HISTORIAS DEL HOY: "ADIÓS, FELICIDAD PROGRAMADA, ADIÓS"


Sólo algunas bocas  pronunciarán el FELIZ AÑO durante la primera hora de esta mañana siete de enero; quizás en  aquellos cuyas vacaciones tuvieron una estancia más larga y esas ausencias más dilatadas; alumnado que arrastrará los pies hasta ese patio de encuentro primero y a sus aulas tras el timbre despertador que alarma de un día sin santoral y al que ya no se necesita felicitar. Se reanudan las jornadas "de andar por casa" en cualquiera de los espacios que pises. La magia programada anuncia el final de esos días extraños con los que se acaba y empieza otro año al que sumar nuevas edades, cambios de curso, fechas de eventos que nacerán y sus aniversarios con sus celebraciones doce meses después.

Hemos derrochado hasta el agotamiento la botella de los deseos propios y ajenos de la felicidad: navidad, año nuevo, reyes magos e, incluso, también para el roscón. Esto desgasta, sin duda, pero la obligación manda y si te topas con una escoba o un semáforo también serán felicitados porque a nadie le debe faltar esos buenos deseos de paz, amor y salud desde mediados de diciembre hasta hoy, un pobretón siete sin nombre ni cuerpo e indeseable para esta repetida normalidad a la que se vuelve cada principios de invierno desde el frío de la mañana sin rayos de sol que caliente ese cuerpo despojado de pijamas caseros térmicos y de tanto brilli brilli callejeros previos a las gripes que esperan su turno, medio en silencio hasta ahora, para atacar en masa por efecto rebote o dominó inmediatos porque es lo que toca. Y al igual que aceptamos las horas mágicas que ayer terminaron, se ha de hacer con lo que es la realidad donde hay lo que hay en este nuevo calendario cuando su primera hoja se arranca.

Se acabaron esos buenos deseos, y ¿por qué? porque fue lo programado y todos lo sabíamos. No ha sido una traición, la obra se ha representado en las fechas previstas y el telón ya ha caído. Las felicitaciones son tarjetas de corazones de quita y pon y de tinta deleble que, con lluvia fina se borra, y no deja rastro. 

Es el momento de descanso de los corazones que retornan a su vestido muscular donde las penas, el dolor y males ajenos se esconden en miradas ciegas porque... ya no es navidad.

Comentarios

  1. Te deseo una muy feliz "no navidad" y un próspero año empezado. 😜😜😜

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que la felicidad no la marque el calendario!!!

      Eliminar
    2. Anónimo7/1/25, 9:10

      Pues yo, querda amiga, te deseo que no te encuentres nunca con alguien que te diga que los andaluces hablamos mal y que los que mejor hablan del mundo (y sobre todo, de fuera de España que dice hablan con defectos que llevamos los andaluces, pues por lo visto ni extremeños ni gallegos ni canarios participaron en esa hazaña) son los de Madrid... ¡Qué paliza me está dando er nota, to porque imité, por escrito, el habla andaluza...! 💚🤍💚 Güenoh día y felí retorno a claseh. ❤️💛❤️

      Eliminar
  2. Nuestro habla o dialecto es la avanzadilla del idioma español, lo dice el estudio diacrónico de esta lengua. La fonética andaluza es el resultado de mucha historia que ha transcurrido en nuestras tierras. Pero esto sólo lo sabemos los que hemos estudiado y/o respetamos el habla en general. Los otros no dan para más y acuden a su ignorancia para atacar todo lo que es evolución...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo8/1/25, 9:50

      Que así se escriba y así se cumpla. Er More dixit.

      Eliminar
  3. De tanto "santificar" las fiestas parece que nos olvidamos de que todos los días, sean fiesta o no, hay que llenarlos de vida, que la felicidad no debe ser lo extraordinario, sino lo habitual, y que la vida no entiende de calendarios ni de relojes. Así que, querida Manoli, que pongamos una sonrisa delante del almanaque y a vivir.

    ResponderEliminar
  4. No sería mala idea pintar de rojo el calendario, serían días más justos y saludables. Besos, querido Manolo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario