"PORQUE EL TIEMPO PASA..."
Cantaba Pablo Milanés, a veces en solitario, otras en compañia, como la vida, que el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos... porque mucho se canta a la vida, a la edad, al tiempo que, inevitablemente, nos conduce al fin de la historia: nacer, vivir, morir. Es esta una ley inquebrantable, natural y cierta.
Cuando dentro de tus propias paredes algo se extravía y vas en su búsqueda, encontrarás mucho más de lo perdido si lo hallases, te arriesgas a darte en las narices con momentos olvidados, escondidos en cajas de lata o cartón cerradas en el fondo del mar hogareño y desatarán un fuerte oleaje si las destapas porque tu memoria invadirá el espacio más allá de lo que pretendías. Cada objeto guarda un misterio por sí mismo, el hecho de conservarlo lo delata; algo grande lo condujo a esa estancia de sala vip que hoy es un simple trastero en un triste rincón. Fotos en blanco y negro con miradas sepias como las que guardaban mis padres, me avisan de los tiempos que dejé atrás; al final, los colores se apagan, los blancos y negros grisean y envejecen en el monocolor de la igualdad desmemoriada. Grandes nombres que fueron han quedado en la pequeñez de la nada; por más que lo intentas, no los identificas aunque en tus recreos fueran imprescindibles. ¡Con cuántas caras conocidas me habré encontrado en tantos desencuentros irreconocibles durante años!. El diablo ya no te compra el corazón a cambio de la juventud, a Dorian Gray lo destruyó, su retrato envejeció y su alma también. Somos aves de paso que vuelan hacia cielos de costumbres mientras las alas nos respondan. Entre tanto, desde la inconciencia de la brevedad del tiempo, desperdiciamos horas que dejamos por caminos de una sola dirección, sin marcha atrás en esa autopista vertiginosa que nos lleva demasiado rápido al otro punto, el final de la historia, esa que siempre acaba y que ya no puedes repostar en nuevas paradas que se borran en la llegada.
Quizás, sólo quizás, en ese instante, alguien abra esa caja perdida y recuerde tu nombre y el porqué llegó a ese lugar una tarde cualquiera de algún adiós o de un hola no correspondido que te hizo vibrar como para retenerlo hasta hoy. Al final, sólo los recuerdos afortunados disfrutarán más allá del tiempo que se acaba y que toman el testigo en esa larga carrera de la historia que protagonizamos alguna vez: nuestra vida.
Pero, al menos, no nos pueden quitar lo bailao.
ResponderEliminar( Nicasia)
Ayyy. Recuerdos. Nostalgia. 🥰🥰
ResponderEliminarRECORDAR: SENTIRLO DE NUEVO CON EL CORAZÓN
EliminarPero qué bonito lo cuentas hijaaaa! 👏👏👏👏😘😘
ResponderEliminary QUÉ CORAZÓN TAN GRANDE EL TUYO PARA LEERME, QUERIDA INMA!!!
EliminarEs que leerte es todo un aprendizaje amiga mía...
Eliminar