POEMA DE LA VERGÜENZA: "¡DÍMELO EN LA CALLE!"
Y pasó, y fue en mi tierra, Andalucía.
De tradición generosa, acogedora y empática.
Pero, muchas dudas me asaltan de que ya no lo es.
¿Dónde quedaron los tiempos en que,
llegando a las orillas los que buscaban el pan,
el pueblo acudía a socorrerlos con los medios que tenía
y le daban la bienvenida de su triste travesía?.
Porque el Mediterráneo es eso,
entre el mar y la tierra
y todos tienen derecho a salvarse de esas aguas
que aumentan con lágrimas y penas que los ahogan.
Durante un baño placentero, los vieron.
Huyeron y gritaron.
Querían que los apresaran antes de salir del mar.
Nadie se mojó en las aguas,
sólo los que tenían hambre de tierras y de pan.
Las toallas aparcadas como tumbonas al aire,
sin pasear,
no acudieron a secarles las aguas de sal.
Vergüenza de paisanos, vergüenza de vecindad,
que aun no siendo gaditanos,
dentro están de nuestra comunidad.
No juro que forasteros, extranjeros
o de no sé qué otro lugar,
formaran esa pandilla de cobardes
sin humanidad.
Pasearán las tardes por la ciudad,
dándose golpes de pecho
de su patria potestad.
No lo dirán si van solos,
se lo callarán por miedos
que no por conciencia
de la que carecen.
Pero, si algún día, te ves en el asfalto,
sólo, sin futuro, sin ayudas,
ahogándote fuera del mar,
¡dímelo en la calle!,
que alguno quedará con alma,
te dará el pan y el agua dulce
que negaste en el mar.
Que por mucha maldad que guardéis,
no nos vamos a contagiar.
Precisa y tristemente los que más quieren imponer la fé ultracatólica son los que muestran menos solidaridad; y por si fuera poco, adornada con violencia. 🥰🥰🥰
ResponderEliminar¿humanos de piedra?, ¿humanos?
ResponderEliminar