"EL COVID ME ENCONTRÓ"



 

Que el covid mata, es una realidad. Que el covid mate por aburrimiento, es una posibilidad. Durante el confinamiento de la primavera de 2020, pude hacer todo lo que quise desde mi casa, sin problema: los libros llegaban casi a diario y los engullía de la misma forma; mi bici y yo éramos una, recorríamos km de excursión dándole la vuelta al mundo (desde mi salón) en esos casi 80 días; mis dulces salían del horno a la vez que dejaban su sitio para otros, sin parar de  hacerlos y de repartirlos entre vecinos; limpiaba lo limpio para que no entrase lo prohibido en ninguno de mis rincones,  y ni que se asomara siquiera. A las 20 horas, salía a aplaudir a mis ángeles de bata blanca, abrazando así a mi hija desde mi balcón y, estoy segura de que le llegaba con la misma fuerza con que se lo enviaba. La tele acompañaba y no molestaba o, de lo contrario, la mandaba callar rápidamente. En las calles, reinaba el silencio de las ausencias por el miedo o el respeto que, por entonces, las habitaba.

Hoy, todo ha cambiado. Tan solo un año después, la situación no es la misma, sino mucho peor. El virus ha mutado en muchas variantes; la gente lo ha hecho cerrándoles los ojos para que no hable su corazón ni tampoco su cerebro. ¿Mirar para otro lado?,¿ hay algún lado dónde se pueda mirar sin verlo?. ¿podemos decir que se ha convertido en más letal la humanidad que el propio virus?. 

Hace un año, yo actuaba desde la fortaleza que me daba mi hogar y mi propio cuerpo; nunca llegaría a mí, mis cuidados eran precisos y rotundos. Eso sería más que suficiente. No, no bastó esa protección tan esmerada y tan pulcra. pero, sí, con unos pocos días para verle la cara de frente y ya no pude enfrentarme a él, solo someterme a su invasión hasta que decida que ha terminado su misión conmigo. Lo peor de todo, me ha quitado mi libertad. No, no puedo leer, de momento, la fiebre y la confusión que te acompaña con ella no te lo permite; mi bici sigue aparcada esperando sus paseos, pero me falta energía para viajar; mis dulces solo son ingredientes en la despensa, si los juntara en un sabroso bizcocho, sería un arma peligrosa para cualquiera por estar "envenenado"; limpiar sobre limpio como antes, tampoco, el virus se ha instalado en ella y también su equipaje peligroso. Pero, lo peor, lo más triste, lo más inhumano es no ver a nadie a las 20 horas en los balcones o ventanas dando las gracias por estar vivos, por seguir vivos, por haber sobrevivido a los que lo hicieron posible: las batas blancas forradas con bolsas de basura en muchos casos hasta que les llegó un material protector  algo más decente entre otras muchas carencias. 

Que el covid mate por aburrimiento es una posibilidad decía..., sí, el aburrimiento llega cuando no sabemos qué hacer, cuando se agotan las ideas y las ganas de cambiar lo que está pasando porque es demasiado grande ya. Si, hemos llegado al extremo más extremo en el que podíamos estar: "SÁLVESE QUIÉN PUEDA"

 

 

 

 

 

 

Comentarios

  1. Pues sí, para los no creyentes, se cambiará lo de “ salve, Estrella de los mares.....”’por : “ salve, sálvese quien pueda...”

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  2. Espero que poco a poco se vaya olvidando de ti.

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  3. Sí, ya se fue. Murió despuès de unos días de ataque y le ganè la batalla porque no pudo contagiar a nadie màs , no se lo permití.

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