" O TODOS O NINGUNOS"


Desde mis no creencias en ninguna religión ni en sus proclamas ni actos, nunca entenderé que en un país aconfesional, reflejado en la Constitución de 1978, la fe católica se considere la única, la principal y la que tiene el derecho a celebrarse a pesar de los muchos que sólo nos limitamos a respetarla cuando la vemos venir. Que se mantengan  festivos en todo el país los días quince de agosto, ocho de diciembre, la semana santa y algún que otro que luce en el calendario, no lo entiendo. No pido que se anulen, sino que les cambien los nombres por otros laicos y en el que toda la población se vea reflejada sin más pretensiones que la del descanso del trabajador/a. 

Si mis propuestas suenan a pecado algo original sin manzanas previas ni bocados, ¿por qué se rechazan aquellos cultos de una gran parte de españoles que, desde sus creencias ancestras, tienen también sus días y sus cultos? ¿Por qué las ridiculizamos?, y ¿por qué los más pecadores y malignos se atreven a atentar contra ellos por ser diferente a la que marcó a hierro la dictadura?

Desde fuera, este mundo tan panteista, los unos como los otros, cuando las llevan a límites donde sus dioses dirigen sus pasos, sigo sin comprender ni a unos ni a otros, pero prometo aceptar sus costumbres siempre y cuando el respeto mutuo sea un hecho.

El país, el nuestro, carece de muchos datos de lo que aconteció en nuestra península a lo largo de tantos siglos. Los musulmanes llegaron en el 711 de nuestra era y lo abandonaron por orden de los reyes tan católicos cuando terminó la Reconquista a partir del siglo XV. Ocho siglos de asentamiento dieron para mucho: su gran cultura, sus técnicas arquitectónicas ( en las que todos se llevan su foto de recuerdo de "yo estuve allí), su gastronomía, su avances en medicina y mucho vocabulario que sigue vigente.

Mientras exista el fanatismo, creencias en un dios al que les rinden pleitesía y honores, pero que para gran parte de los que no lo celebramos es una deidad invisible, no palpable ni demostrable, se les debe el respeto que piden y se lo daremos siempre que exista la igualdad de cultos lo que implica que seguirían las procesiones por las calles y los días de preceptos para cualquier otra, diferente y desconocida para el que la profese. Y si hay fechas especiales para la celebración, en nombre de la iglesia católica a pesar de se materializan en paganas, ¿por qué no otorgarles el derecho a que tengan el suyo propio? 

Si este comentario suscita ahora la incredulidad de mi propuesta por parte de los lectores (si hubieren llegado hasta estas líneas), la solución estaría muy cerca: "O TODOS O NINGUNOS".

NOTA DE LA AUTORA: NO SE ESCUDEN EN EL TRATO A LA MUJER QUE DAN EN ESA OTRA CREENCIA PORQUE, POR DESGRACIA, MUCHOS DE LOS CRISTIANOS CREYENTES ESTÁN EN LAS LISTAS DE MALTRATADORES Y ASESINOS DE SUS MUJERES.


Comentarios

  1. "Una sola cultura es una cultura pobre" ya lo decía Umberto Eco

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  2. "Una sola cultura es una cultura pobre" ya lo decía Umberto Eco

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  3. Muy pobre, sí. Como un sólo pensamiento...

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  4. Tan fácil de entender que solo queda pensar ue se niegan a entenderlo. El franquismo sigue dando por culo con su ceguera impuesta por cojones; porque si; porque soy más chulo; porque si no te parto la cara. Eso es lo que hay.
    En nosotros está demostrar que no les tenemos miedo. Muy bien, Manoli

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