"¿CON UN PAN BAJO EL BRAZO?"
Cuando un bebé llega al mundo, se espera ese regalo añadido que debe traer consigo por el hecho de nacer y se asocia con un extra de suerte para él y su familia en forma material o de deseo soñado. Qué gran error, ese pan bajo el brazo siempre toca, no hay que buscarlo, viene innato con el nacimiento, es la VIDA, ni más ni menos. Una vida que se estrena en el momento en que abre los ojos saliendo de esa cajita del vientre materno y que viene a ocupar su lugar dónde quiera que le haya tocado. No ha podido elegir ninguna de ambas partes, ni el bebé ni la madre, el tipo de hijo o de padres que soñaban, pero, sí cómo ejercerá cada uno de ellos el papel que les ha tocado en suerte. La madre o/y el padre han podido desearlo con todo su corazón o no. El nacido no ha tenido más opción que la de dejarse llevar en su formación durante el periodo de las diez lunas o, incluso, haberse precipitado en el tiempo. Esa nueva vida es una incógnita en sí misma. Es totalmente dependiente de otras man