"REENCUENTROS ADOLESCENTES: CINCO DÉCADAS MÁS TARDE"
Hoy no es un día cualquiera, hoy puede ser un gran día y lo será. Ha volado una vida sobre las tres vidas que nos correspondieron en el reparto que nos tocó, en aquellos quince años de edad, en los que soñábamos dentro de los cuentos la magia que nos conduciría a cumplir nuestros deseos de niña a mujer. Tres, éramos tres ( ni las hijas de Elena ni las morillas de Jaén), tres amigas inseparables guardadoras de todos los secretos y confidencias que nacen y mueren con nosotras. Necesitábamos muy poco para disfrutarnos, tan sólo un día al año, el lujo llamaba a nuestra puerta para hacer un sencillo almuerzo con un menú de risas que nos sabía a gloria. El resto, los 364 eran nuestros pies los que paseaban nuestras palabras por las calles y plazas oyentes de charlas contentas y expectantes. Aún quedaba lejos la universidad; eran años de institutos tiernos, sin reivindicaciones por ignorar qué era eso. Algún novio madrugador aparecía con buenas intenciones temiendo el rechazo o no. Fuimos