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Mostrando entradas de noviembre, 2025

"TELÉFONO: 016"

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  No necesitó decir más, el silencio se pronunció por ella. Sus manos tomaron la palabra e iniciaron ese epílogo sin más puntos y aparte que el final. Abrió armarios que guardaban la perfección de ese sinvivir perfecto. Lo vació. Cupo en dos maletas todo el dolor planchado con esmero en tantos años de obligaciones y exigencias. En sus esquinas, entre las ropas, acomodó recuerdos sin memoria de esos viajes taciturnos hacia la apariencia de la felicidad. Sus hijos no presenciaron esta escena, pero sí las otras muchas. El maquillaje era su primer café de la mañana y de muchas tardes. Las noches respiraban más tranquilas hasta casi el amanecer; él aparecía con olores ajenos y ensuciaba esa madrugada con gritos de ya volví. De inmediato, ella abandonaba el lecho hacia la cocina. El jaleo de la cafetera, lavadora, aspiradora..., acallaban insultos y golpes que, aparentaban no llegar a las habitaciones de los niños. Él mostraba su única parte decente: se marchaba pronto. Ya había cumplido...

"LUCES EN SOLEDAD"

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   Apenas las 2 de la madrugada y ya amaneció. Miro el reloj incrédula; sin encender ninguna bombilla, veo la hora y, en efecto, ya es de día. Mis tres balcones están despiertos y quieren su desayuno como siempre cuando abren los ojos. Se lo doy a ver si echan una cabezadita; no tienen nada por hacer ni nadie que los mire ni los salude. Alguna de ellas debió darles un guiño y pareció lo que no fue; sólo unos segundos de engaños y de vuelta a las claras. Hace frío cuando me asomo al balcón de la cocina (sitio oficial para encontrarme con mi ducado que me espera fiel y deseoso de prenderse y entrar en calor. Literalmente, no hay un alma en la calle ni en la plaza. Nadie más con luces de adorno y muy pocas de inteligencia. Está claro que no son ellas las que deciden cuando retirarse o salir a escena. Están de guardia esta noche/día; cumpliendo sus imaginarias impuestas por castigo o un turno perdido en cualquier agenda australiana.  Ayer, noche (hace sólo un ratillo) deduzco...

"RECUERDOS DE MI CALLE QUE YA NO EXISTE"

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  Muy estrecha y el largo de cuatro casapuertas, así era ella. La primera de las que formaban el conjunto que vestían igual. La llamaron  Escuela; un colegio básico, sencillo, de una sola planta caía frente a mis ventanas del número 1. De ahí, MI CALLE ESCUELA. Dos maestras para todos los niños: una buena (Doña Carmen) y otra muy afín al régimen (Doña Rosita... que no siendo cercana a las letras de  Lorca, también fue la soltera) se dedicó a este oficio, creo que para desahogarse de su mal genio entre reglazo y reglazo. Los cuatro hermanos acudimos al "Carola Ribed" hasta la edad obligatoria de ser escolarizados. Mi madre descansaba unas horas y nosotros/ellos ( sólo tres),  aprendieron números y letras. Doña Rosa no me cayó bien nunca y el efecto fue mutuo: no más de una semana duró mi estancia entre pupitres y el patio del recreo. Un helicóptero solía sobrevolar por debajo de esos cielos y tirar latas de leche en polvo (eran americanos de la base de Rota); a cambio...

POEMA MÁS ALLÁ: "LA VIDA SIN"

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  Y pintarás de colores lo que no lo tiene, lo que ya no tienes. Buscarás sendas con nuevos vuelos; en tierra quedarás, las alas rotas, eternas, se despiden, se despidieron hacia nubes demasiado altas, solas, transparentes. No más tormentas alternativas, el agua se desplomó, hasta la última gota. Resecas, agrietadas,  llantos secos y ojos vidriosos te acompañarán como ahora. Darás o no, retoques a la nada, tus lápices sin punta, sin flecha ni arco. Hoyos de tierras y piedras en fosas comunes, anónimas, olvidadas en la eternidad. Nadie llorará las pérdidas, ayeres sepultados en silencios, sin flores frescas, quizás, alguna rosa marchita. Quizás, una rosa.

"PIRUETAS CON CAÍDA LIBRE DE DIEZ"

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  ¿Quién dijo que en pocos metros no se viven aventuras? No hay que viajar a la selva ni de safari; todo lo tienes a tu alcance sin necesidad de comprar pasajes ni preparar equipaje... Ayer se presentaba una mañana tranquila, sin excursiones más allá del rellano o la casapuerta. Tres bolsas esperaban su hora de recogida muy arregladitas porque ellas sí irían más allá. A la hora convenida, sonó la señal. No tenían sobrepeso, aparentaban el peso ideal para mi brazo; con el otro, siempre el pasamano.  Despacio y vigilante, bajaba cada escalón. Sería una bajada más. Pero, los tres últimos me engañaron, tenían toda mi confianza y me lo creí. Algo parecido a la piel de plátano de las historias del TBO, en forma de hoja perdida de alguna maceta colgante, se desprendió, quizás buscando vuelos independientes, y allá que lo pisó mi zapatilla traidora enredándose con la otra y formar una trenza muy elaborada y fui girando hasta culminar ese paso, más parecido a un plié, que me dejó desas...

"UNA MAÑANA EN COMISARÍA..."

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  La tarde del domingo empezaba a bostezar y, también, el pijama de entretiempo; se dirigían a su lecho. Algo le esperaba sin saberlo; una alarma sonó sin cita previa en el teléfono: un pantallazo de mi banco me avisaba de una compra que nunca hice en Estados Unidos y una cantidad en dólares. El banco me anuló la tarjeta, pero, en esos breves segundos de gestión, otro aviso del mismo origen, empresa diferente, volvía a colarse en mi cuenta. En total, casi 300 dólares, algo menos al cambio de euros. No allanaron mi cuenta, sino mi tarjeta a la que calculaban vaciar hasta el fondo de mis fondos. A la mañana siguiente, a primera hora, fui al banco. Sorpresa: me atendieron muy bien!!!, y el siguiente paso, presentar la denuncia en la Comisaría de policía. Era mi primera vez, lo juro. ( el DNI lo renové en en otro edificio mientras restauraban este..., ¿restaurar? Me avisaron, sin amenazas, de que el tiempo de espera sería "una mijita largo". Allí me senté, pasé de plantar mi cara...

POEMA SIN CARCASA: "TRENES NOCTURNOS"

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Y me topé con unos, a mis pies esperaban algo más que mi sombra y mi recuerdo. La geometría irregular lo dibujaba, no saqué forma disgustada, si acaso, el desgaste, óxidos, quietos, resecos... El tacto los quebraba desde lejos, tan a flor de piel, tan leves al aire, viejos; ese viento que desmorona esa ráfaga que destruye los tiempos. Vías de una Penélope que no olvida, aunque no recuerde. Su tren, desnudo de esperas, perdió armaduras en caminos, como margaritas dudosas que no deciden ellas, sino los días. Mala suerte: el NO dio la cara, El SÍ fue la cruz. Amores de pureza, de inocencia: Un tren cortó la baraja, en una hora fría,  sin piedad y alevosía. Para él, espadas y bastos;  oros y copas en su banco. No viajaron cartas, nunca salieron ni entraron. Estancadas en esas vías, muertas hoy, ¿para qué mañana? Cayó la noche sin esperas; los raíles, ciegos de frío, las ventanillas cerradas a destiempos, La vida se fue desdibujada,  maltrecha, cambiada. Metamorfosis de corazo...

“UN NIDO DE OBISPEROS Y DEMÁS INSECTOS”

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En un lugar de manchas, de cuyos nombres no debemos olvidarnos, ha mucho tiempo que viven matando inocencias. Son almas negras, podridas, vaticinadas vestidas de negros, moradas, rojas sangrantes y alguna blanca. Como las cucarachas, se esconden y huyen de las bondades que carecen. Mienten y niegan sus fechorías ante evidencias de que estuvieron e hicieron demasiados daños, ocultos en sotanas que les otorgaba ese poder de sus malas artes para con la infancia y jóvenes a los que destrozaron sus vidas puras y los condujo a los infiernos del silencio para no perder su salvación eterna incluida con sus hábitos. La falta del Papa Francisco ha dejado huérfanos a los que contaron sus historias, esas víctimas silenciadas por los que callan y tapan los graves pecados donde sus vicios se aplacaban dando rienda suelta a lo que juraron renunciar en esos votos mentirosos que utilizan como disfraz de esa confianza que los acercaba. Rompieron su celibato rompiendo cuerpos y vidas para siempre. No...

"MI QUERIDA LULÚ"

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María Luísa M. M. no es un recuerdo, es una vida sin finales. Nos conocimos en el primer curso de la facultad y nos unió una gran metedura de pata mía que, ella sorteó con risas y mi cara descompuesta se fue relajando hasta calmarse y, hoy, es nuestro grito de guerra y de bienvenida cuando nos reencontramos. Mujer humanista por excelencia, maneja hábilmente el saber: palabras, idiomas, músicas innovadoras, escenarios y su docencia. Su espíritu heredado de una familia abierta a sus tertulias diarias, improvisadas, donde las opiniones de los que nos sentábamos alrededor de su mesa camilla tenían valor y mucho respeto. Lulú creció dialogando en su tono melódico, sin alteraciones ni subidas ni salidas de tono.  Y su esencia sigue intacta, su alma libre también. Es capaz de tener infinitas amistades y todas están atendidas por ella y su incansable humanidad que nunca deja de escuchar al de al lado o al de enfrente.  Nuestra amistad no la marca el tiempo de ausencias. Nunca miramos ...

" LAS ESCASAS VIDAS SINGULARES"

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Llegar a este mundo, deseado o no ( la llegada como el mundo) es lo más complejo que nos va a pasar en la vida. Porque tanto la vida como el mundo son  recorridos largos, curvos, estrechos, pantanosos, con muchas carreteras secundarias que, pueden derivarte a autopistas, autovías y/o a precipitarte cuando pierdes el control dando volantazos sin frenos. Los hay con suerte y llevan consigo un manual de instrucciones que les conduce hacia delante en caminos serenos y poco curvados. Otros lo pierden y modificarán sus rutas ciento ochenta grados, sobre la marcha, porque encontraron en esa pérdida el final de su búsqueda. A otros tantos, se les da un gran vehículo, automático, no han de pensar objetivos, todo serán herencias no ganadas y, si les sobreviene un apagón (nunca conocieron las velas),  les llegará la nada y comenzar desde menos cero hasta ver la superficie y decidir por sí mismo su trayecto. Los más perdidos son los que carecen de mapas emocionales. Dan bandazos, a diestr...

"LA HUÍDA DE LOS SENTIDOS"

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Moscas negras sobre blancos atacan retinas confusas que dudan de la vista clara que, ahora, sólo son visiones manchadas de la realidad que acecha con esas interferencias, y dudas. Nunca creí que fondos claros atacaran a párpados abiertos, quietos, sin miedos; persianas alzadas eran siempre a mi placer, sin enemigos voladores a su capricho. He de buscar pantallas de colores que espanten a esos enemigos que se esconden en los arcoiris de mis nuevas imágenes ya visibles. La astucia me socorre el olfato que marchó sin avisar esos días de encierro donde él sí pudo escapar hacia olores de primavera y a sus rosas y al petricor de otoños bienvenidos. Mi instinto y mi memoria perfuman su ausencia. La perspicacia de mis costumbres ayudan a ese gusto nunca valorado en sabores sin valor, sin deleite ni pasión. Son las texturas en mi boca las que determinan mi agrado o rechazo. No son tristezas, sólo les hablan a estómagos fáciles y saciables sin caprichos. Mis oídos se quedaron, son selectivos. Oy...

POEMA DEL VACÍO: "LA IGNORANCIA DEL CORAZÓN"

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Ninguna Universidad te da la facultad del saber qué es la verdad. Títulos de papel, trabajados o regalos pagos, no certifican logros cultos, pensados, que alcances el nivel de logros alcanzados, superados ni con máster de todo a cien. Todo se compra, se vende se figura licenciado, de grado, mojados títulos que sólo cuelgan en pared, que cualquier viento se lleva como hoja cayendo en aceras pisadas por la nada, abandonadas. Fácil arreglo,  fabricas otros cientos y con la misma nula validez. Qué lejos quedó el esfuerzo, qué lejos el saber de aprender por ti  la vida lo que es. No sólo está en las aulas, en pantallas o en cuentas bancarias de familias con poder. Los aprendizajes no tienen precio, sólo agradecimientos, si tu mente se despierta y une cables con la experiencia de que si tu cabeza está llena de reflexiones puras, propias, racionales... sólo así conectarás el mundo  de tu mente con el otro superior, el que importa: sumar restando, anulando aquella que humilla y m...

RELATO: “RIZOS DE NIEVE”

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Por aquel entonces, su nombre y ella eran infantiles. Sus caprichos se atendían con la rapidez que nacía de su autoridad de niña mimada desde su nacimiento y su matrimonio. Su marido no escatimaba en hacerla feliz por encima de él y de las circunstancias. Cambiaba de domicilio como de vestido; su casa de muñecas era su juguete favorito. Una mañana, la tierra giró demasiado revolucionada y todo su mundo cayó en la realidad. La infancia murió y, con ella, su valedor de ilusiones. Ella y su nombre se hicieron mayores en pocas horas. Una viudez inesperada y unos hijos que no eran muñecos la hicieron crecer dando un salto inmenso en su biografía. El personal de servicio encargado del aquí y ahora de antes se traspasó a otros señores en ese después. Su prole iba y venía de la vida a la muerte sumando más despedidas. Sólo ella y cuatro de su descendencia sobrevivieron a esa orfandad, esa guerra y a tanta hambre. Su casa le sirvió para sobrevivir, la reconvirtió en habitaciones de huéspede...