"UNA MAÑANA EN COMISARÍA..."

 

La tarde del domingo empezaba a bostezar y, también, el pijama de entretiempo; se dirigían a su lecho. Algo le esperaba sin saberlo; una alarma sonó sin cita previa en el teléfono: un pantallazo de mi banco me avisaba de una compra que nunca hice en Estados Unidos y una cantidad en dólares. El banco me anuló la tarjeta, pero, en esos breves segundos de gestión, otro aviso del mismo origen, empresa diferente, volvía a colarse en mi cuenta. En total, casi 300 dólares, algo menos al cambio de euros. No allanaron mi cuenta, sino mi tarjeta a la que calculaban vaciar hasta el fondo de mis fondos.

A la mañana siguiente, a primera hora, fui al banco. Sorpresa: me atendieron muy bien!!!, y el siguiente paso, presentar la denuncia en la Comisaría de policía. Era mi primera vez, lo juro. ( el DNI lo renové en en otro edificio mientras restauraban este..., ¿restaurar? Me avisaron, sin amenazas, de que el tiempo de espera sería "una mijita largo". Allí me senté, pasé de plantar mi cara en mi teléfono y me dediqué a observar. Una sala muy, muy pequeña intentaba cobijar a los visitantes, hubo más de una ocasión en que las sillas no eran suficientes para todos, siempre quedaba alguien de pie; pensé por qué no jugábamos todos alrededor de los asientos y al grito de ¡ya! cambiaba por otro y descansaba entretanto. 

Comenzó a llover con muchas ganas, las ventanas no cerraban y fue un baño inesperado para los de dentro que invitaba a salir y disfrutar de esa lluvia sin obstáculos.

Allí, todo era rápido menos el tiempo. Entraban y salían constantemente pero no asomaba ninguna silla desocupada; me centré en eso y mis ojos no pillaban el instante del intercambio, pero aseguro que lo hubo, sólo que mi vista era más lenta.

Un momento mágico llegó: representantes de todas las razas se concentraron en breves minutos. Si los ángeles existen, alguno pasó por allí. Nadie discutía con nadie, todos se comunicaban y nadie era más ni menos que nadie. Era una torre de Babel de la paz. 

Yo seguía observando y el respeto seguía vivo. Ni la escasez de la silla faltante provocó ningún disturbio interno; cada uno entendía que su momento llegaría en ese asiento ausente en el que sólo uno no encontraba su lugar más cómodo. Al cabo de las horas, era más fácil comprender que nadie añorara sentarse: las sillas eran un pequeño martirio para la espalda que, sumado a más que tiempo, casi temporada lo que permanecí allí, pensé que el premiado era el que se mantenía de pie.

Y, por fin, me llegó la hora. Agentes de policía (siempre quise decir esto) me abrieron la denuncia que irá en busca de los malos. Y de vuelta al banco para finalizar el proceso.

RECOMENDACIONES POLICIALES Y BANCARIAS:

1.- NO USAR LA TARJETA VINCULADA A LA CUENTA CORRIENTE PARA OPERAR EN INTERNET, SÓLO PARA COMPRAS FÍSICAS. 

2.- SOLICITAR TARJETA DE PREPAGO PARA COMPRAS ON LINE.


NADA ES CIEN POR CIEN SEGURO EN ESTOS TIEMPOS DONDE LA INVISIBILIDAD POR AMBAS PARTES ES MUY PELIGROSA. LAS PESETAS NO ASUSTABAN, GASTABAS LO QUE TENÍAS Y A CASA. AHORA, PAGAS LO QUE NI COMPRAS, LO HACEN POR TI, SIN SABERLO HASTA QUE TE ENTERAS Y EL DISGUTO LO ACOMPAÑA.

NOS DAN CONSEJOS DE SEGURIDAD, PERO AMANECEN NUEVAS MAÑAS INAGOTABLES QUE VAN A POR EL BOTÍN AJENO. 

NO ES NUEVO, CIERTO, PERO, ANTES, EL CACO ESTABA EN TU BARRIO O TU CIUDAD. AHORA, TIENE SU DESPACHO EN LAS NUBES.


Comentarios