"VALIENTES..., DESDE EL BURLADERO"

Vivo y siento muy lejos de los términos taurinos. Es un recinto que acoge a los sin almas que celebran muertes inocentes, cuando se les ataca, para verlos morir tras un sufrimiento gratuito con el que llenar sus ansias de dolores ajenos. Un animal en el ruedo con un asesino coreado por la masa que, cuanto más daño produzca, mayor será su tarde de gloria para el matador como para los jaleantes. Parecía olvidado para los nuevos tiempos gracias a lúcidas mentes que lo prohibieron poniendo a salvo la integridad del condenado con unos olés sangrientos gritados por un público cuya violencia innata descargan a las cinco en punto de las tardes. Paralelamente, desde el olvido de tiempos de condenas humanas, inocentes, gente de paz y defensora de libertades, han renacido esos fosos de odio hacia los débiles que se sienten amedrantados por jaurías deshumanizadas y que ocupan calles con gritos tan indefendibles porque ni ellos saben lo que reclaman. Herederos directos de maldades o simples pollos ...