"¡¡¡Y QUE MUERAN LOS MIEDOS!!!"

 

En los últimos meses, voces valientes, sanas, transparentes y amigas de la verdad, muestran desde el raciocionio de que dos más dos son cuatro y no tres o seis. La objetividad es su brújula y van más allá de lo  prohibido y la mentira. Cotejan realidades y demuestran las falsedades tan escondidas y, sin embargo, tan evidentes. No te imponen con juramentos lo sí ni lo que no, no es necesario cuando acorralan las injusticias y nacen evidencias que no has visto porque las taparon con sabores cargados de azúcares y pimientas para ocultar el guiso envenedado, que se ponía en la mesa cada día, y se devoraba sin saborearlo ni plantearse si era carne o pescado en buen estado o sólo un descongelado putrefacto. 

Algo ha cambiado en el panorama informativo de este país. Productos frescos, sin aditivos, de 1º calidad, abiertos y limpios en los que los anisakis no habitan porque han sido analizados microcópimente por las redacciones antes de servirlos. Forman un equipo sólido, una cadena de salud pública en la que las agallas no se pierden por el camino. 

La competencia la ataca, los miedos al destape la aterrorizan. Sus inciertas verdades se vendían muy bien en el mercado negro de la protección a cambio de sobres que sobraban en un oficio con intereses más allá de la pulcritud de la que carecían.

Y llegó el daño, los bulos son fáciles de digerir, alimentos ultraprocesados que lejos de nutrir crean gusanos que roen el sentido común de distinguir el bien del mal. 

Los sistemas privatizados no son libres. Son marionetas movidas al gusto de quienes las mueven al son del poderoso dinero que siempre es, fue y será la estrella protagonista del espectáculo. Tampoco los que los siguen. El resultado es el adoctrinamiento del bulo que se esparce sin más criterios del que hace las sumas o restas hasta que les cuadren los números.

Ahora, tenemos una televisión pública, por fin, para todos, sin más principios que la verdad, sea cuál sea. La atacan, cómo no, por esa desnudez en la que deja a los fraudelentos que mueven historias a su conveniencia y confunden lo injusto y conceden el beneplácito de que todo es culpa del contrario.

Demasiados miedos para vivir en libertad, tan necesaria para el entendimiento del raciociocinio de la pluralidad y las muchas perspectivas de opiniones respetables, siempre, si nacen desde la convicción y jamás de la convención con filtros adulterados que nos lleva al enfrentamiento del Y TÚ MÁS.

LA DEMOCRACIA NO SE BASA EN UNA SOLA OPINIÓN SINO EN EL CONTRASTE DE TODAS ELLAS Y EN EL RESPETO A LA PERSONA Y A SU PENSAMIENTO SIN LA DESTRUCCIÓN DEL CONTRARIO. IMPRESCINDIBLE: EL RAZONAMIENTO DIALÉCTICO.

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo. Solo veo informativos y debates de dos emisoras, a saber, la 1 y la 2... Las otras, privadas o semipúblicas (la que fue 'nuestra'), me resbalan... ¡A 'inculcar' (me repatea ese verbo, lo siento) a otro...!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo preocupante es que si ganan los malos, desaparecerán los buenos...

      Eliminar
  2. No ae quien dijo una vez: "La democracia es el arte de lo posible, donde la libertad y la justicia se encuentran en un equilibrio constante" y en la búsqueda de ese equilibrio estamos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La justicia ha caído muy bajo, es difícil que nos devuelva la confianza. Sé y conozco a justos, ellos/as son la esperanza. Encontrar la libertad será más fácil.

      Eliminar
  3. Yo tengo un poco de mieditis, con lo que veo, con lo que escucho, también coincido con el comentario anterior, la uno y la dos, por esos grandes profesionales que tienen. 😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El miedo a lo conocido es peor que a lo desconocido. Aquellos tiempos de muerte y miedos no pueden volver. Hay que votar con razones no con odios y buscar el bien colectivo.

      Eliminar

Publicar un comentario