"EL CAMBIO CLIMÁTICO YA TIENE CASA EN PROPIEDAD EN LA TIERRA... ¡Y SIN HIPOTECA!
Pocos días antes de la llegada del solsticio de verano, el sol había sobrepasado sus propios límites. Presentaba una grave retención de líquidos agravados durante las descargas de meses aguados sin límite ni concierto. Su aspecto hinchado sobresalía en su rostro y en sus tentáculos amenazantes con explosionar en cualquier momento. Una simple aguja fina habría bastado y queda la duda de quién fue finalmente, pero ocurrió. Su vuelta al trabajo no fue discreta, avisó con voz recia cuál sería su repertorio para cantarnos durante el estío. Nada de baladas ni bailes de salón o de cuerpos unidos con melodías atrayentes. Los primeros compases teloneros marcaron el ritmo de lo que estaba por llegar.
Demasiado temprana su aparición. Las aguas saladas aún a medio despertar, las toallas y hamacas en trasteros revueltos cercanos a los trastos de navidad. Las estaciones ya no se marcaban en los calendarios. Estas dormían con un ojo abierto entre bastidores, a la voz de "un minuto para salir a escena...".
La premier de lo que vendría se anunció sin mucho éxito. No gustó. Un metraje corto pero intenso. Horas demasiadas alocadas nos provocaron sudores impropios de unos días que no solían avasallar tan temprano.
Esa avanzadilla portaba noticias que presumían de cambios reales tan avisados y desoídos. Algo desesperado estaba a punto de estrenarse y la taquilla estaba bien provista para sesiones continuas, sin descanso; las pausas publicitarían más escenas añadidas que actualizaban los déjà vu de segundos anteriores. Ningún rincón supo resguardarse de esa estrella voraz consumidora de aguas y enganches caseros que nos servían de parapetos en nuestra supervivencia. Hubo días en los que sus rayos alcanzaron a vidas que se llevó para siempre y a otros muchos, encarcelados en paredes ardientes pero con techo para no verlo ni ser visto.
Hoy, pasado el ecuador del mes con mayor trayectoria en este combate, doy el parte de guerra en horas en la que aún duerme el enemigo: El combate sigue activo, muchos vencidos por el enemigo que no da tregua y si acaso cuartel, en las escasas horas en la que reposa para recargar sus rayos en ese cruel orquestado ataque que disparará en breve sin miramientos ni excepciones.
Corren rumores, cada vez con más certeza, de que el Sol está enfadado, mucho. Avisó con tiempo y pocos lo escucharon. No se considera el enemigo de una población ensordecida por los que se rieron de él. Ya no hay marcha atrás, el reloj del pasado no admite cambios y el del futuro va más rápido que la conciencia humana. Es difícil adelantarse a estos desastres, nos llevan mucho caminos destrozados por delante. El mal está hecho y no hay tirita en la farmacia que lo calme.
Porque, NO SE PUEDE TAPAR EL SOL CON UN DEDO...
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