POEMA DE UN ROSA AGRADECIDA: "SOLES Y LUNAS A SU CUIDADO"

La rosa, mi rosa, siempre tan blanca, blanca siempre cuando no la manchan, manchas de lágrimas, ahora secas, el rocío las riega cuando es preciso. Rocío que empapa dulce, borra amargas. Amargas de vientos húmedos, húmedos de tierras extrañas. La rosa, mi rosa, no es de montaña, montaña árida, escalones sin barandas. La rosa, mi rosa, prefiere tierras, en la tierra de los mares descubre abundancias y saberes que preguntaba. Las olas le cantan, las mareas la acompañan. Qué feliz vive la rosa, mi rosa cuando la luna y el sol, se postulan en cuidarla.