“UN NIDO DE OBISPEROS Y DEMÁS INSECTOS”
En un lugar de manchas, de cuyos
nombres no debemos olvidarnos, ha mucho tiempo que viven matando inocencias.
Son almas negras, podridas, vaticinadas vestidas de negros, moradas, rojas
sangrantes y alguna blanca.
Como las cucarachas, se esconden
y huyen de las bondades que carecen. Mienten y niegan sus fechorías ante
evidencias de que estuvieron e hicieron demasiados daños, ocultos en sotanas
que les otorgaba ese poder de sus malas artes para con la infancia y jóvenes a
los que destrozaron sus vidas puras y los condujo a los infiernos del silencio
para no perder su salvación eterna incluida con sus hábitos.
La falta del Papa Francisco ha
dejado huérfanos a los que contaron sus historias, esas víctimas silenciadas
por los que callan y tapan los graves pecados donde sus vicios se aplacaban
dando rienda suelta a lo que juraron renunciar en esos votos mentirosos que utilizan
como disfraz de esa confianza que los acercaba. Rompieron su celibato rompiendo
cuerpos y vidas para siempre. No buscaron sus gozos en locales propios para sus
desahogos, sino en los impropios, donde sólo su voluntad secuestrada cedía a vejaciones
y silencios bajo amenazas de los poderosos encubiertos por la curia y las
iglesias que, aun plagadas de curas, no tenían curación.
Curiosamente, abogados de la cristiandad, junto a los que predican el hacerse oír, desoyen y ciegan a estos malditos
exculpados con alguna gracia divina que diluvian desgracias para sus víctimas y dejan a ellos sin una sola gota
de culpa.
Rafael Zornoza, un mal hombre.
Hace horas, se hacen públicos sus delitos, sus culpas, sus maldades y su mala Fe.
Su curriculum lo ampara: un largo historial lleno de denuncias sin recorridos
que paralizan sus cómplices, tan culpables como él. No obstante, a pesar de los
datos y las evidencias, seré más legal que ellos y cumpliré con el principio de
no culpabilidad hasta que se demuestre…, y la verdad, que esas pruebas incriminatorias
pueden esperar de momento…
Rafael Zornoza es, desde 2011,
obispo (no se merece mayúsculas) de Cádiz y Ceuta. Pocos conocíamos su nombre,
pero sí los adjetivos tan merecidos. Pudo elegir otras profesiones más
discretas que escondieran sus malos vicios, pero optó por lo fácil: su cueva de
Alí babá y sus cuarenta ladrones en el mismo pack, con el mismo nombre.
Ha dejado muchas huellas desde su
llegada: expropiaciones de locales y viviendas a personas que se alimentaban de
sus negocios o habitaban en ellas; y lo hizo en nombre de la iglesia, porque él
la representa y a él le pertenece.
No escatima sus placeres en
sitios gourmets ni en sus precios. No le duele que otros no lleguen a lo más básico;
él es de los que “coma yo caliente, que se aguante la gente”.
Vive anclado en los tiempos
inquisitivos donde él juzga desde la altura de su bajeza viendo al pueblo como
súbditos a sus caprichos. Y ya se acabó, su descaro ha dado la cara sin belleza ante la evidencia de sus actos de presentes ni pasados.
No son todos los que están, pero
sin duda (ante las pruebas) de que él está entre los que sí lo son. Flaco favor
para los que han confiado, seguido y creído en un representante de esas
creencias basadas en el amor y la bondad que no habitaron en su púlpito ni
confesionario otorgándoles ese perdón que tanto él debió suplicar en tantos
años de grandes pecados.
Nunca debiste venir a mi tierra.
La has ensuciado y herido. Si existe la justicia, conocerás por fin las celdas
que te esperan y los comedores compartidos con los que, posiblemente, sean
menos culpables que tú.
Estarás de acuerdo conmigo en que,
a los demonios sólo les pertenecen los infiernos.

Bien dicho. Alto y claro.
ResponderEliminarGracias, Anónimo/a
EliminarClara, directa y contundente. No es para menos. Te juro que antes a mí me parecía imposible que hubiera tanta depravación bajo las sotanas, pero comenzaron a salir a la luz casos y más casos de los abusos. Está "señor" ya tenía muy mala fama en Cádiz por otros motivos también. Una joya.
ResponderEliminarEs un ser, sólo un ser (no añado humano, no cabe ese adjetivo a su lado...) que debería quitarse el sombrero (o lo que tapa esa vergonzosa cabeza) ante cualquier animal que pase por su lado.
ResponderEliminarMuy bueno, Manoli. Siempre me pareció un ejemplo de maldad. Un abrazo.
ResponderEliminarDesde hace más de 2000 años y siguen se reproduciendo... Muchas gracias, querido Manolo.
EliminarSin esta gota ya se colmana el vaso. Y los cristianos no lo han echado. Todo ha prescrito ya, y la Ley que pide que estos delitos no prescriban, durmiendo en un cajón del Congreso.
ResponderEliminarNo hacía falta esta gota para colmar el vaso. Los cristianos de Cádiz podrían haberlo echado. No irá a la cárcel, todo prescrito. Y la ley para que no prescriba, en un cajón del Congreso.
ResponderEliminarNicasia
Desde que le ví por primera vez dejó claro lo que es el clero, al menos una gran mayoría, en Barrocal ocho, vivía mi abuela materna, arriba en el segundo, una buena mujer se ganaba la vida. Por allí desfilaba cada mañana más de la mitad de los curas de Cádiz, no me lo han contado, lo he visto desde pequeña.
ResponderEliminarMuy bueno, Manoli 😘
No entiendo cómo los gaditanos y gaditanas no lo hayan echado de nuestra ciudad. No merece respeto, sólo repulsa y que se vaya de inmediato. Muchas gracias, querida Rosa.
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