"TRES MADRES, TRES HIJAS, DOS NIETAS, UNA BIZNIETA"
Mi madre tuvo su cuarto parto y, lógicamente, el último, en poco menos de cinco años. Nací tranquila, crecí nerviosa. No dormía ni quería comer; eso nunca cambió. Nacíamos en casa; mi padre, cuando veía que llegaba el momento, corría a buscar a la matrona (partera conocida) y todo quedaba en casa. Dicen que no hay quinto malo, pero nada hay escrito del cuarto y eso me tocó a mí contarlo. Los tres primeros se amoldaban a las circunstancias, a lo que había o no. Lo mío era ir contracorriente, sin más. Una vez, mi madre, harta de tanta protesta, alguna era razonable, me amenazó diciéndome: ojalá te toque una niña tan rebelde como tú cuando tengas hijos para que aprendas lo que es aguantarte...; tuve esa hija, sí, pero nada más lejos de ese vaticinio; está claro que nunca una madre desea nada malo y por eso no se cumplió.
Mi hija llegó tranquila y sigue así. Es el equilibrio, la calma, se alimenta y sueña sin altibajos. Ella sabe mantener la paz, nunca entra en la guerra. Vive y deja vivir respetando a todos sin mirar quiénes son, qué piensan ni de dónde vienen. Acepta lo que llega, lo asume y lo adapta adoptándolo como natural, sin angustias; le planta cara y siempre gana ella porque la VICTORIA es de los sabios y ella lo es.
Y llegó al mundo otra niña de la mía, me convirtió en abuela, ser más madre que nunca; quieres protegerla del aire para que no la roce y de la noche sin oscuridades. Buscas la luz y se la entregas, escarbas en tu memoria e intentas hacerlo mejor ahora. Los años te aplacan y ganas la fuerza de tu experiencia y de lo bueno que aprendiste y se lo das como un libro de ayuda y de consulta si lo necesitara. Mi nieta saltó alegre del vientre de su madre, ojos abiertos y sonrisa temprana. Ama la música, el baile, sus papillas (por fin) y adora el agua fresca. No quiere silencios, ni soledades. Capta todo lo que pasa a su alrededor y lo anota en su recién nacida memoria. Papá y mamá son sus héroes, nadie como ellos para estar completa. Es un bebé, pronto crecerá y nos mostrará sus emociones nuevas frente a lo que le venga o lo que ella busque. Algún día, quizás, le tocará seguir esta historia hasta que sea infinita en el tiempo de las siguientes generaciones. Todos somos un eslabón de esa cadena que es la sangre que riega a los que habrán de llegar y seguir contándolo.
Lo que más queremos, nuestra obra magistral
ResponderEliminarY seguirán nuevos eslabones de madres, hijas, nietas y biznietas, y seguiremos regalando amor, y ni que el viento las roce...
ResponderEliminarPrecioso y verdadero como todo lo que escribes...mi enhorabuena Moby ☺️🥰😘
Muchas gracias, querida Day!!!
EliminarGrandes mujeres de maravillosa estirpe!
ResponderEliminarFelicidades querida Mobi!
Muchas gracias, queridísima Patri!!!
EliminarDoy fe de todo.(Hermana mediana)
ResponderEliminarNormal, me sufriste también...
EliminarAsí es querida Moby, ni más ni menos. 😘💖💖🤗
ResponderEliminarExacto, querida Inma y que no se rompa nunca un eslabón. Muchos besos bonitos para ti.
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