"GRACIAS POR TODO, FRANCISCO"


El primer día que entré en mi trabajo, colegio religioso, no mentí a la pregunta de si era creyente, no añadieron más palabras y respondí que sí; era la verdad. Si hubieran precisado en qué, les habría dicho que mis creencias no están en la religión católica porque no comulgo con ella, pero no indagaron más. Nunca fui lo que no era ni en las apariencias ni en mis palabras. Nunca mentí. Desarrollé mi trabajo en la enseñanza de creer en el bien: justicia, bondad, generosidad e igualdad para todos. Fui, por tanto, coherente conmigo misma y con mis superiores.

Hace unos minutos ha irrumpido la noticia triste de que has llegado al final, Francisco. No sé si Jesús fue real o todo es una maravillosa metáfora sobre un ser excepcional que representa para el mundo la perfección humana. Rechazo el catolicismo, pero no el cristianismo puro en su esencia, en su representante en la tierra fuera o no real. No iré nunca contra lo que atrae el BIEN para la humanidad, la realidad del ser y del vivir con justicia que ampare al pobre, al diferente, a los malqueridos, a los abandonados, a los que se han perdido por el camino, a todos los que necesitan que los escuchen, que los abracen y que los quieran. Y, tú, Francisco, te mostraste ante nosotros como el pescador en la orilla, descalzo, sin anillos, sin oros ni lujos. No lo necesitabas en tu pureza y humildad del que tiene las manos limpias y corazón abierto para abrazar al que se te acercaba. Nadie era nadie para ti. Hoy, ahora, muchos aceptados lo son gracias a ti. Y, muchos de los cubiertos por crímenes a la infancia, hoy, ahora, se quedaron al aire, sin esa cubierta que nunca nadie osó destapar. Hoy, ahora, el mundo ha ganado en la libertad de amarse con amor y sin miedo frente a los que castigaban fuera o dentro de esa iglesia excluyente que no entiende lo que significa iglesia (asamblea, convocatoria) ni católica (universal); nadie puede ser rechazado en su entrada porque todos tienen cabida en su origen y en su palabra.

Y, hoy, ahora, el mundo se pregunta si desandarán los pasos que diste hacia delante y borren tu legado en la tierra que tanto amparo ha supuesto. No sé, ni yo ni nadie que aún respire, hacia dónde vas ahora que ya no te vemos ni oímos. No importa, ya nos llegará también el día de saberlo. Pero, desde aqui, ahora, desde la tierra que aún piso, te doy las gracias por todo el amor que dejas con tu buen hacer, con todo ese trabajo valiente al que te has enfrentado contra los tuyos que nada querían cambiar. Lo conseguiste. Ojalá sean estas tus primeras piedras para seguir edificando un templo de justicia para toda la humanidad. 

GRACIAS, MUCHAS GRACIAS, FRANCISCO!!!


Comentarios

  1. Ha sido un hombre justo porque buscó la justicia contra la marea contraria sobre la que navegaba la iglesia. Se ha ido un buen hombre.

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  2. Fue un buen ser humano. Hizo lo que pudo.

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