"LUNES EN SOBRES Y SALTOS"

  

  En 2002, el director de cine Fernado León de Aranoa se alzó con el Goya a la mejor película con "Los lunes al sol". Es un drama en el que tres hombres en paro vagan por las calles buscándose la vida con algún trabajo digno que los saque de sus miserias. Lunes le debe su nombre a la luna, una estrella luminosa que está obligada a darnos luz y claridad. Este primer día de cada semana no gusta. Trae consigo el comienzo de muchas horas programadas y se ve muy demasiado lejos el ansiado viernes liberador que, en su brevedad, vuela rápido para descansar hasta que el lunes lo releve. Para los protagonistas de esa película, el lunes significaba un día de reunión donde sus penas las proyectaban al sol, otra estrella que los alejaba de esa luna desgraciada que les duraba noches y días.

Son tres lunes consecutivos los que ya los hace, aún y ahora, más diferentes al resto de parientes que habitan la semana. Da la sensación de  que es el domingo ya no descansa, siendo "el día del señor" (domenica, dominus...) y trabaja, incumpliendo sus devociones, para que los lunes ya no se despierten dormidos, sin esperar sorpresas y más lunáticos que nunca.

La muerte natural de Francisco el primero de los lunes fue un acto sentido en casi todo el mundo y no se cuestionó el porqué de su adiós eterno al apagarse su corazón. El segundo lunes, en cambio, se apagó nuestra península, nuestro tic tac artificial que nos dejó a oscuras con muchas dudas de qué o quién lo provocó, De nuevo, un lunes sin sol en las calles ni en las casas. No fue la naturaleza la que se rebeló; el humano perdió ante el gigante tecnológico que nos supera. Ayer fue lunes, el tercero de la saga. Por el contrario, ni la naturaleza ni la artificialidad creada para suplirnos pudieron con algunos humanos carentes de esa condición que, por su iniciativa propia o a la voz de su amo, rompieron con las expectativas de cada pasajero de cualquier edad o condición, sin ninguna culpabilidad; su inocencia no bastó para esa condena que otros decidieron dictar sin juicio y con demasiados perjuicios.

Hemos caminado durante estas tres últimas semanas desde la naturalidad de un suceso pasando al espacio del enfrentamiento contra la tecnología hasta llegar al más despiadado de todos: el ser humano contra sí mismo. No son las máquinas las que buscan las guerras y las desgracias, es la deshumanización la que lleva la voz de guía. Contra eso, ningún laboratorio o taller encontrará soluciones. 

Dejemos que la luna actúe como estrella protectora de cada cerebro y de cada corazón vacíos y los llene en sus fases crecientes sin menguar ninguna noche más.

NOTA DE LA AUTORA: LA LUNA ES UN SATÉLITE QUE ORBITA LA TIERRA DESDE LA CIENCIA Y LA ASTRONOMÍA. DESDE MI EMOCIÓN, ES LA QUE NOS VIGILA NUESTROS SUEÑOS O DESVELOS.