¿POR QUÉ NO ME CALLO?

 

Mi blog calleescuela1 cumple justo ahora más de tres años y medio de vida. Desde el primer día, hablé de cuáles serían mis contenidos: emocionales (los que hablan de mí y mis sentimientos), culturales, ideológicos y, por supuesto, de opinión. El nuevo mantra es la falta de libertad de expresión... Nunca lo sentí en estos años. Jamás me han censurado mis palabras en mis más de quinientas publicaciones. No dudo de que mis lectores no siempre estarán de acuerdo con mis escritos y eso es positivo. No soy la dueña de los pensamientos ajenos pero, si de los míos y los saco al mundo. Y lo hago desde mi seguridad de estar respaldada con pruebas fidedignas y bien documentadas. Sé distinguir las fuentes de agua limpia y fresca de las turbias y oscuras. Y es, desde estas premisas, en las que  baso mis opiniones que nacen de mis conclusiones, de mis lecturas y visualizaciones de lo que leo y veo y aprendo.

No mato ni doy la vida por ninguna tendencia porque no va de eso.  Pero, sí defiendo a ultranza lo que es justo, evidente, objetivo, bien argumentado y racional. Y, sobre todo, documentado en la historia del pasado y del presente que vivimos. 

Que la política es dinámica es un hecho. Hay que adaptarse a lo que va viniendo y gestionarla con nuevos engranajes que van surgiendo para esa adaptación. La política exterior no nos puede ser indiferente, todos estamos en el mismo barco y los oleajes y fuertes marejadas nos salpican a todos.

Ahora bien, lo que no puede cambiarse son los hechos: lo que pasó, pasó, eso no es discutible por sus muchas evidencias y sus nefastos y trágicos resultados. No permitir las mentiras no es falta de libertad de expresión, sino de no tolerar que falseen realidades culpando a otros para limpiar sillones a los que viven anclados y por los que son capaces de lo inimaginable por conservarlos. 

No temo comentarios, todo lo contrario, quién lea esta publicación tiene todo el derecho de opinar y decirlo, desde el respeto y con la documentación probatoria necesaria, para un uso correcto de la dialéctica, lejos del insulto y basado en la razón.

Mi ideología está clara, no necesita siglas, porque siempre estará basada en la justicia social, la que defienda los derechos de la libertad de pensamiento y de expresión que se sostenga por sí misma, sin mentiras, sin bulos, sin malas intenciones, con buenos y justos propósitos. Soy diestra en el uso de mi mano, pero claramente ZURDA porque nunca defenderé lo que va contra mis principios y valores.

POR ESTAS RAZONES: ¡¡¡NO ME CALLO!!!