"YO, ME, MI, CONMIGO,... Y ¿EL TÚ, TE, TI Y CONTIGO?

La historia nos  cuenta comportamientos humanos desde la perspectiva del conocimiento que vivieron en sus presentes o a través de lo escuchado o leído. En mi caso, lo haré a partir de experiencias cercanas y empíricas.

Si me dieran a elegir la palabra más hermosa de nuestro vocabulario, respondería de inmediato: Tú; la tengo desde hace mucho como la más completa: el TÚ abarca el Yo, el NOSOTROS y el CONTIGO.

El egoísmo ha existido siempre; el mundo ha crecido con él y con sus YO por encima de cadáveres sin identidad pronominal a no ser que se les denomine como los NADIES. La ambición por tierras y dinero ha aniquilado vidas. Las guerras por querer poseer lo ajeno conviven con la naturalidad de creerse con ese derecho. Pero, no las veamos sólo desde la lejanía del que no le afectan por ser causas políticas que sólo competen a los mandatarios que las provocan.

La falta de generosidad la tenemos al lado, enfrente, delante, detrás o sobre nosotros mismos. Nos quejamos de que el mundo es un desastre cuando nos molesta directamente pero, pocas veces, cuando se invierten los papeles. Criticamos, sistemáticamente, las molestias que nos provocan pero no las que producimos en los demás.

A los generosos, también se les ataca, se les tacha de locos o de insensatos por dar sin más interés que el de hacerlo, sin pedir nada, tampoco el agradecimiento. Estallan risas cuando se observan esas situaciones porque son corazones tan duros que son incapaces de entender esas acciones. El MÍO hace mucho daño al mundo. El creerse dueño de que la primera persona es la que importa destroza el amor y sin amor, la humanidad no tiene valor.

Si la falta histórica de inteligencia emocional se sustituye, ahora,  por la artificial, ¿qué nos queda?. Mi respuesta la tengo muy clara, la generosidad es la única que puede salvarnos; el egoísmo se mantendrá, sin duda, pero no habremos perdido el sustento para seguir viviendo.