"TRAS SILENCIOS DE DUELO, VUELVEN MIS PALABRAS"

En el amor, el engaño es la peor de las decepciones. Amas y confías y defiendes con todo tu corazón en lo que crees y a quién merece esa defensa. Esta situación necesita de  una gran reflexión, tiempos de silencios para aclarar qué camino, qué pasos nuevos andar o si aún sirven tus zapatos de siempre.

Y llegas, tras unas horas de desesperanza, a ver cómo el sol sigue ahí, alumbrando las penas de los que sufren, inocentes que pagan lo que otros les quitan. La avaricia quema vidas, las del avaricioso como la del pobre. Todos caen, todos caemos en su caja fuerte en la que sólo habitan almas desesperadas en busca del bien común y sin un céntimo con el que repartir justicias.

Porque el mal sólo aporta más de su maldad, nunca trae consigo bienes, sólo desastres, confusiones y desesperanzas.

Ya no vale "EL-Y-TÚ-MÁS" en los ataques. La corrupción ha entrado en las tierras de la esperanza, de aquellas en las que sembramos nuestro pasado, presente y futuro. La ambición por tener más, por malgastar lo que no es suyo. Dinero sucio que no se ha sudado con dignidad sino con la astucia de un ladrón que, para más inri, sólo pretendía riquezas como un vulgar ratero que coge lo que no le pertenece a sabiendas de lo que hace, sin enajenaciones, sin pudor.

¿Y ahora qué?: LIMPIAR, LIMPIAR Y LIMPIAR. No basta con un lavado de cara; los rincones son los más peligrosos, guardan mugre y la esconden bien. Nos deben pulcritud, la suciedad opaca esa luz que necesitamos para seguir, porque hay que seguir, volver a la lucha, no dejarnos morir.

No es sólo el honor de una siglas (que también), se trata de millones de ciudadanos que creemos en su esencia junto con otros que lo hacen más fuerte en su camino de que NO TODO ESTÁ PERDIDO,  el mundo sigue y las necesidades del pueblo esperan y hay que atenderlas porque fue lo prometido y le dimos nuestro voto de confianza para esa atención.

Mientras los violentos gritan, insultan, apalean, se alegran de las caídas como demonios porque esa, sólo esa es su victoria..., los otros/as no debemos entrar en su juego sin reglas, no las tienen, sólo las trampas para ganar les acompañan.

Son días convulsos en las que los bulos sobreviven y las verdades aparecen y hay que mirarlos de frente y separar las hieles de los nutrientes sanos. Las manzanas podridas caen y aprendemos que los frutos hay que controlarlos en los árboles cada día y no dejarlos a su suerte porque ha de haber vigilantes que observen su crecimiento y madurez sin que no falte ninguna que  acabara en otra casa por adueñarse de ella, a escondidas del hambre y necesidades de un país que esperaba esa cosecha porque contribuyó, como ciudadano de bien pagando para los suyos y los demás, a tener su plato en la mesa. Una mesa decente y sana.

¡¡¡SIGAMOS ADELANTE, LA VIDA SIGUE!!!