"¿INFIDELIDADES?"

 Se tiene la creencia ancestral de que ser infiel es consumar el coito o cualquier otra práctica sexual con una persona diferente a la que estás en ese momento. Desde mi punto de vista, es un gran error. La supuesta infidelidad comienza justo en el momento en el que  tus pensamientos sienten deseos por alguien aun sin, ni tan siquiera, conocerlo personalmente o sí. Compartir tu vida con, no es sinónimo de fidelidad, ni mucho menos de amor; puede ser por costumbre, comodidad, intereses creados o, simplemente, por miedo a salir de tu zona de confort. Si ese es el caso, ya existe la infidelidad, pero no tan solo hacia la otra persona, sino hacia alguien mucho más importante, hacia ti mismo. Ser infiel, por lo tanto, no es una cuestión únicamente sexual, en absoluto. Si te has abandonado a tu "suerte" rechazando lo que de verdad anhelas, esa es la peor de todas. 

Renunciar a dar pasos diferentes a los que ya trazaste por miedo a perderte por ese otro camino con el que, sueñas o, a quedarte quieto, parado y solo, contigo, hasta que aclares cuáles son, verdaderamente, las direcciones y decisiones que debes tomar, sí, renunciar a estas posibilidades es echarse a morir.

Cuántas parejas habrán permanecido sin reconocer que están compartiendo su vida con el género que no sienten y han de esconderlo por vergüenza al mundo; cuántas seguirán sin sentir nada, desde el gran vacío interior, simulando lo contrario: cuántas mentiras se vivirán disfrazadas con sonrisas forzadas por muchas otras circunstancias...

Vivir la vida que no quieres es la mayor de ellas. Y, no solo es referente a la persona con la que convives o con la que sigue en tu vida a pesar de todo. Trabajar en algo que no te llena, no atreverte a dar pasos que den giros y te hagan dar la vuelta a tu vida, permanecer anclado, estático, congelado e inmovilizado es la peor de las infidelidades y la más dañina y peligrosa. Vivir compartiendo mentiras contigo mismo es el mayor de los engaños y eso, tarde o temprano, te pasará factura. Ser infiel con el alma es mucho más doloroso que serlo con el cuerpo; la más difícil de perdonarte a ti mismo a pesar de que sea invisible o inexistente para quien está a tu lado.

Esas infidelidades sobrevuelan por muchos tejados y entran por ventanas y balcones o se les abre la puerta principal para, a continuación, darle un juego de llaves pero quedándote, tú, con la de tu corazón.

 

¿Significa esto que no puede existir el verdadero amor, limpio, sano y desinteresado? Claro, imagino que sí.