TRISTES SANGRES, TRISTES GUERRAS Tierras viejas, tierras heridas, surcos arados  de vidas muertas. Continente contenido, a duras penas. Años tranquilos,  solo con siestas,  alejan los profundos sueños,  siempre en alerta. Débiles despiertos por una guerra. Empieza a teñirse, de nuevo, con sangre la tierra. Ruidos de llantos,  empieza la tristeza. No robes mi vida que ahora empieza. Apunta al cielo,  dispara el alto, y que acabe la guerra.

  No estoy hablando metafóricamente o sí..., ya veremos. El hecho de hacerla o no implica el caos o el desorden en uno mismo. Cada mañana, nos levantamos de ella. La hemos usado a nuestro gusto o con disgusto, depende de lo bonito que hayan sido nuestros sueños o que nos hayan visitado pesadillas en ellos o, lo que es peor, hayamos estado insomnes. En cualquier caso, la cama ha sido nuestro soporte esa noche o, en cualquier momento del día, sin dormir, pero despiertos al amor. Es quizás, la parte de la casa a la que más debemos, y le debemos respeto. Hacerla, arreglarla, vestirla una vez ventilada, es un momento importante; no hacerla, es no buscar la armonía del orden debido para con ella y para ti mismo. Arreglarla solo si alguna visita acude, es no pensar en ti, solo aparentar quién no eres mostrando tu otra cara de paripé. Si un día dejas de cuidarla y atenderla, ten por seguro, que le seguirán muchos más. La desidia y la desgana se irán apoderando de ti e invadirán el resto de tu

 Tiempos de muchas lunas, de amaneceres tardíos, nublados, momentos de tiempos eternos tantos como vida tuvo  el niño de Belén. Caminos empedrados,  de irregulares pisadas, tambaleantes pies por no caer al negro asfalto mestizo. Calles vacías de corazones abiertos llenas de miradas duras y, pocas, tiernas, Silencios ocultos de palabras  escondidas en sus miserias. Días guionizados, pocas sorpresas, suma de tiempos idénticos, uno tras otro, unos tras otros. La imaginación perece,  aparece muerta. Una piedra de las eternas, se rompe en muchas pequeñas. Tampoco era verdad, tan solo, de cartón piedra.

  Los gaditanos no perdonan perderse sus días de la fiesta grande: su CARNAVAL; llevan dos años sin él y este  2022 (demasiados 2...), lo celebrarán dos veces. El primero marcado por la luna y, el segundo, lleno de sol. Hablo en tercera persona porque me gusta pasear por mis calles respirando tranquilamente y no sin perder el aliento. Ya que no estaré por allí, al menos, intentaré explicar el porqué de su origen y de su permanencia hasta hoy.  El carnaval tiene origen pagano. Data del tiempo de los romanos donde, una vez terminada la recolección, "regalaban"   unos días de asueto a todos los que trabajaron en ella (esclavos incluidos) para beber, comer, bailar y..., sí, también; de ahí, su nombre "CARNAVAL, podían disfrutar de la carne, es decir, del sexo libremente; Siglos más tarde, la iglesia las reconvierte, nunca mejor dicho, y les da carácter religioso a cambio de una breve celebración (dos días, lunes y martes) y que acabará  al día siguiente con el miércoles de c

  *Mal aprender nuestra historia es muy peligroso. Ignorar los hechos y sus protagonistas conlleva vivir sin reconocer lo que se aproxima sin ninguna alerta. Decía Eugenio D´Ors que la vida es el péndulo de un reloj que va y viene ( de extremo a extremo) por lo que las épocas están condenadas a repetirse en ese vaivén. ¿ A ver, no hay nadie que pueda parar ese maldito reloj, sí, ese que, supuestamente, decide nuestro futuro según esa teoría?. Tan fácil como usar una de nuestras manos, podemos lograrlo. Echar mano a... la RAZÓN, así de fácil. Deberíamos cuestionarnos nuestras verdaderas prioridades como seres humanos y, por ende, razonarlas. Si se nos preguntara qué es lo más grande que nunca desearíamos perder, no me cabe duda de que la respuesta sería: LA LIBERTAD.  Su ausencia no solo habita las cárceles, ¡No!. La libertad se pierde cuando no se nos permite PENSAR. Para hacerlo, es fundamental razonar cualquiera de las opciones que se presenten en cada etapa de nuestra vida. Ser libr

  Decía mi padre, desde su infinita sabiduría, que es mucho más peligroso llevarse mal con un vecino que con un compañero de trabajo. Argumentaba con que es más fácil cambiar de trabajo (eran otros tiempos) que de vivienda. Un buen o mal vecindario te da o te quita ese confort que necesitas cuando llegas a tu deseado hogar. Soy una privilegiada, sin duda. De la casa en la que me crie, Carmela sigue estando ahí, con sus bonitas palabras y su eterna sonrisa cada día. Del piso en donde viví mis primeros años de casada, Ana y su hija Pilar me recuerdan con el mismo cariño que nos tuvimos siempre.  Mi primera casa propia reunió a muy buena gente: seis familias, cinco para mí: Lina y sus tres hijas fueron mi apoyo desde el principio hasta el final. Cuántas veces hicieron de abrigo para mí y para Vivi cuando las necesitaba. Hoy, Patri, su hija pequeña, está muy cerca y lo estará siempre. Ana y Nacho, grandes personas, siempre discretos, siempre a mi lado. María Luisa, tan cerca, como una madr

  Con tu permiso, Joan Manuel:  "Nos empeñamos en dirigir sus vidas/ sin saber el oficio y sin vocación./ Les vamos transmitiendo nuestras frustraciones/ con la leche templada/ y en cada canción". "Esos locos bajitos" tan bien paridos por Serrat, son niños, no lo olvidemos. No tenemos derecho a manejarlos y, ni mucho menos, a manipularlos para que cumplan nuestros sueños incumplidos. A los padres, nosotros, nos criaron con aciertos y desaciertos: como buenamente supieron o pudieron. Siempre quedan momentos en nuestros baúles sin abrir. Esas herencias son peligrosas, confundimos lo que debemos guardarnos y llevarnos  allá dónde nos lleve la vida, o al más allá, con transferir nuestra deuda a los hijos. Esas quimeras nuestras no son nuestros ADN, solo nuestros DNI (personales, intransferibles). No somos dueños de sus vidas, de sus sueños y, mucho menos, de sus vivencias. Somos padres y madres que, voluntariamente, o no, hemos parido vidas, pero no olvidemos que son vi

  Mucho fue lo que lloré de pequeña por llamarme Manuela. Mis hermanos me decían que tenía nombre de portera. La única referencia que conocía de esta profesión era la de una señora que limpiaba y cuidaba la casa de todo el vecindario de una tía mía. No recuerdo cuál era su nombre, pero eso era lo de menos; de lo que sí me acuerdo era de sus malas palabras cuando alguien pasaba y pisaba sus suelos aún húmedos dejándoles las huellas que echaban por tierra todo su trabajo. Asocié Manuela con no ser "demasiado agradable". Años más tarde, entre las dos ( con mi hermana mediana que así es como se describe ella, cuando comenta en este blog, por aparecer su nombre como "anónimo" y que no consigue modificar por el suyo propio) compartíamos la limpieza de la casa  todos los sábados . Ahí fue dónde me identifiqué con mi nombre y con aquella portera con sus suelos pisoteados. Es horrible contemplar cómo destruyen tu trabajo en un instante y sin remordimiento. No entendía el por

  El frío heló la primavera sin avisar, las nieves penetraron en una ladera quebrando las flores distraídas, hiriéndolas de muerte. El hielo siguió bailando, buscaba aires cálidos, los halló; la música sonaba sorda, sin acordes, sin letra. Las palabras enmudecieron, Perdieron el sonido, y sus hondos sentimientos  pasados. El estío quemó las ramas, Como rayos descargados en cada tormenta,  que no cesaban; con intermitencias luminosas y, enseguida, a oscuras. Sofocantes días, insomnes noches. Agonizante la montaña,  reinventándose su ladera,  aún cubierta, con su hielo y sus fríos. Grietas sangrantes creyeron morir, ni el aire, ni el fuego, ni el viento ni el agua le devolvían su aliento. Acabó el fuego de agosto, se aproximaban las flores de otoño,  invisibles para muchos, visibles en miradas renacientes. La montaña abrió sus armarios, se engalanó de colores, sonrió. Se vistió de fiesta con su traje de domingos. Empezaba la música, sonaban las notas ausentes,  con sanadas melodías. El o

Don Alonso Quijano, hidalgo venido a menos, y pobre, no encontró, en su realidad, el mundo justo y bueno que sí halló en sus infinitos libros de caballería a los que dedicaba todo su tiempo, vacío y desperdiciado, sin contribuir a esa causa noble a la que todo hombre de bien debiera consagrarse en cuerpo y alma. Su supuesta cordura de otrora se transformó en una locura ideal e idealista cuyo objetivo era sembrar justicia arrancando las malas hierbas de lo injusto. Sí, perdió la razón, pero no su sentido de obrar haciendo el bien. Escogió a "los buenos caballeros" e intentó imitarlos. ¡Bendita locura esta! Ahora, en el siglo XXI, cinco siglos después, la historia aventurera de don Quijote, vuelve a repetirse. Hoy no se leen estos libros; hoy,  en los dormitorios de adolescentes, jóvenes y demás,  el héroe ha sido reemplazado por el villano sustituyendo, así, los espacios vacíos de la vida de todos ellos. Los caballeros luchadores solo se batían en duelo si el caso lo requería

La palabra satisfacción viene del latín "sastisfactio" (= acción y efecto de hacer lo necesario). Sus componentes léxicos son : satis (= bastante, suficiente), facere (= hacer) y el sufijo -ción (= acción y efecto). Hablamos, por tanto, del placer, de buscarlo y conseguirlo.  Los Rollins Stone  lo pusieron de manifiesto en los 60 en su canción más emblemática. Ya cuestionaban su "insatisfacción" por no estar satisfechos con su vida cotidiana en general. Veían imposible lograrla por verse incomprendidos en esa  sociedad imitable, tan copiada, incluso, en  el amor. No encajaban y se rebelaban ante esa situación a través de esta canción. Los que no sabíamos inglés, pensábamos que su título era "SATISFACCIÓN" y nos equivocamos, era justo lo contrario: "NO PUEDO TENER SATISFACCIÓN". Eran años de protesta y, así, encajaba mejor en su contexto. Su letra alude además a que no le gusta ser una copia del resto, desea ser único, ser sí mismo. La búsqueda de

No tenía previsto ningún relato para este día y ha sido Mana, mi muy súpermegaextrahiper amiga, la que  me ha preguntado  si no le  iba a dedicar unas letras a "san tontín (no lo conocía por ese nombre, pero le va bien, sí ). No, no voy a comenzar con el "es un invento de "El corte inglés"; me da lo mismo el creador, pero, no cabe duda de que listo era mucho. No solo por el innegable negocio de los regalos compartidos, sino, mucho más, por la dependencia y el enganche de esta amorosa celebración. ¡Cuántas escenas, "sanvalentinescas" he presenciado o me han contado! (siempre desde el patio de butacas; jamás, en el escenario, afortunadamente). He visto a parejas muy contentas cuando el  regalo ha sido mutuo, vale, sin problemas en la jornada; pero, si solo fue unilateralmente, ese amor, tan profundo e infinito, se finiquitaba con un "tú no me quieres".  Cada año se complica más, ya no basta con presentarse con un presente a la cita, porque tiene qu

  He cogido prestado este verso (no es solo una frase) del maestro Sabina para titular mi relato de hoy. La tengo escrita en mi pizarrita particular, al lado de mi ordenador, desde hace un tiempo. Ella resume toda una filosofía de vida contra la muerte y el dolor y a favor de la PAZ. Estos seis elementos que la componen elevan la PALABRA a lo más alto entre los seres humanos: el DIÁLOGO.  Recuerdo una de las celebraciones del día de la Paz con mis alumnos, donde elaboramos una gran pancarta con esta frase: "NO PEGUES, HABLA". Era tan simple y tan directa que surtió efecto calándole dentro de ellos. Hay más de tres mil lenguas en el mundo reconocidas. No dudo de que la palabra PAZ esté incluida en todos sus diccionarios. No es solo una palabra, es la PALABRA. El mundo se construye o destruye en función de su presencia o de su ausencia. El uso de la palabra entre las personas es fundamental. No, no se trata de que siempre estemos de acuerdo sino de deshacer los desacuerdos a tr

  En todas nuestras ciudades, existe una calle especial, muy visitada y pateada. En Cádiz, lo es la llamada "Ancha" (durante la dictadura, "Duque de Tetuán", pero ningún gaditano la llamó así jamás). Su nombre solo se entiende si  comparas  sus caderas  con las de  sus parientes del centro histórico (Cadi Cadi) El origen angosto de las calles gaditanas está justificado por la fuerza de sus vientos cuando salta el de levante. Cuanto menos anchura, menos se aprecia el ventarrón. Tenemos el espacio justo, muy justo para andar si coincides con algún coche. La mayoría de las veces, uno  de los dos ha de entrar en alguna casapuerta* para dejar paso al otro. Normalmente, es el peatón, pero no prometo na´: tampoco creo que esté recogido en ningún sitio de quién es la prioridad. En cualquier caso, hay que mantener el peso y la línea para un acceso menos problemático o, bien, pasear solo por la calle Ancha. Nos adaptamos según las necesidades; nunca mejor dicho, a la medida d

  Las coronas son para lo reyes, sí, pero para los que se las ganan. Que con el arte se nace, es indudable, que no es hereditario, también. Quién posea ese don, lo perfeccionará a través de sus creaciones. Del mundo de las ARTES en general, destacaré hoy, el de la interpretación en particular. Que son innumerables los que la practican y, también, los muchos que se quedan ahí, con más pena que gloria, es una realidad. No se trata de salir a escena y contar un texto, no; hacer eso es relativamente fácil para alguien que tenga la voluntad y la ocasión. La genialidad está en que el personaje (sí, no lo digo al revés) se meta en la propia vida de la persona que lo interpreta haciendo de los dos uno solo. Muy pocos son los que llegan, solo los ELEGIDOS por la naturaleza al nacer.  No soy, de entrada, mitómana, pero sí sé distinguir los que son y los que no. Entre mis grandes están: Meryl Streep, Vanessa Redgrave, Concha Velasco, Lola Herrera,  Paco Rabal, Fernán Gómez, Robert Redford, Harris

  Memorable fue aquel momento en el que explicaba los sufijos, en concreto, los diminutivos y aumentativos y quise "pillarles" cuestionando cuál sería el diminutivo de la palabra CAFÉ (por aquello de si sabían que era CAFETITO en vez de CAFELITO). La respuesta me dejó tan boquiabierta que no paré de reírme hasta el día de hoy: "Seño, pues un "CORTAO". No había tenido jamás una solución más lógica y razonada que esta. En otra ocasión, hablábamos de la palabra UNIFORME y de su formación por ser esta compuesta. Tras mi pregunta, oí enseguida una voz que decía: "la parte de arriba y la de abajo" (refiriéndose a las dos que forman el uniforme oficial del colegio...). Apoteósico fue el breve comentario sobre uno de los Cantares del Poema de Mío Cid dónde aseguraba que los Infantes de Carrión se portaron muy mal con las hijas desposadas de Don Rodrigo al dejarlas tiradas en medio de la AUTOPISTA (contexto del siglo XI). Nunca fui una profesora al uso, jamás

   No, no voy  a empezar con el chiste malo de que "a ese ratón no hay que darle nunca queso..." Me parece mucho mejor hacerlo desde el homenaje a todos esos lápices que no nos marcaban tanto la vida para siempre; la goma de borrar anulaba tus errores privadamente y te permitía continuar y comenzar de nuevo (bendita goma milán, qué pena que no borre también el resto de equivocaciones de nuestra vida...). Teníamos cuadernillos de una raya, de dos y, más tarde, con cuadrículas. Mis primeras letras: "mi mamá me mima", las plasmé sobre dos rayas con mi lápiz y mucho sacapuntas, situado en la pared,  bajo  la papelera, al que acudía, constantemente, para afilarlo; fue grande su desgaste hasta que lo conseguí. Era día de fiesta cuando aparecía con uno nuevo, cuánto disfrutaba al verlo: erguido, lleno de vida y dispuesto a darla a cambio de mis nuevas palabras. Hoy, sigue siendo mi compi, comparte espacio con mi boli bic "normal" azul. Son mis imprescindibles. El

  Se tiene la creencia de que salir del armario consiste en revelar o desvelar la tendencia sexual de cada uno y, nos quedamos tan tranquilos pensando en que, si ese no es el caso, no tengo ni armario. Lo primero, armarios tenemos todos y las puertas cerradas también. Esos espacios contienen lo más oculto de nosotros mismos, y que va mucho más allá de ser o no homosexual. De la mayoría de las perchas cuelgan muchos miedos, aquellos que hemos ido ocultando a lo largo de muchos momentos, vividos o sin vivirlos, y que no nos dejan llegar al fondo de ese espacio para despejarlos. "El miedo al que dirán" es el miedo por excelencia; la vida se paraliza por ese temor en millones de situaciones de las que puedo dar fe porque las he observado desde fuera, afortunadamente,  La gente dirá o no, y ¿qué?, solo si estás libre de hacer tú lo mismo, es decir, no opinar sobre la vida ajena, dejarás de temer que lo hagan contigo. En este miedo generalizado al que dirán, están incluidos muchos