Naciste de la nada, vaya eso por delante. Dos días antes, ignoraba cualquier ingrediente o mecanismo de tu construcción. Brotó la idea de crearte (animada por almas amigas) y fuiste un parto de ininterrumpidas 48 horas para que llegaras al mundo. Sí, éramos tú y yo desde el principio, madre sola con su hijo, y con la inestimable ayuda de tu titos que ya habían pasado por estos caminos.  Ya en el mundo, nos quedaba lo más difícil: vivir y sobrevivir en él. Ver tu página en blanco frente a los dos y darle vida con ánimos de salir afuera y hablarle a quién quisiera oírnos. Desde ese cinco de septiembre de 2021, un mundo de relatos ha nacido siguiendo la estrella que  ponía la luz de los sentimientos, emociones de todas historias que iban contándose. Han sido doce meses, en donde la vida se ha mostrado amable, risueña, sincera, triste, embriagadora, esperanzadora, amarga, feliz, decaída, levantada, derrotada, soñadora..., No nos han faltado emociones, hemos derrochado sentimientos en cad