"LA FUENTE DE CHOCOLATE"
Pasear una tarde de domingo en julio y sobre las cinco de la tarde por cualquier ciudad puede dar lugar a historias surrealistas de las que aparecían en los desiertos en busca de un oasis y que hasta en el TBO llamaban espejismos. No teníamos hambre, tampoco sed y la temperatura de ayer era de alivio. No se daban las bases para crear una historia dramática ni angustiosa de ir arrastrándose sin aliento hasta un mísero charco donde apagar esa sequedad de sus bocas que desfallecieran con ellos. Hacía tiempo que no caminaba por mi barrio, muchas tiendas ya no son lo que fueron para siempre y otras se han reencarnado en espíritus que campan a sus anchas sorprendiendo a los viandantes que ya no lo son tanto. Una esquina muy antigua que no para en su intentos de renacer y seguir respirando como sea, fue durante su vida más larga una exquisita perfumería cuyo glamour se expandía desde la distancia que te conducía hacia ella. Pasó a otra vida y se llevó consigo sus fragancias. No tardó muc...