A pesar de su corta edad, Dada ya se había enfrentado a situaciones a las que los adultos  vemos con miedo por conocer que entrañan riesgos: NACER. Dada entró en el mundo con sus grandes ojos azules, heredados de papá, y de pie, con un bracito en alto y su puño cerrado, avisando de que había llegado. A partir de ese momento, sus días transcurrían rodeada de sus papás, sus tres perritos y sus muchos sueños después de cada comida de mamá. Todo en su vida era dulce y no había por qué añadirle sensaciones inútiles para asustarla; mejor ayudarla a crecer fuerte, sana, con valor y valores que con esos miedos que le harían temerosa y débil en sus futuros recorridos.  Sus juguetes junto con Joky, Zeus y Happy eran sus compis. Siempre cerca, siempre en pandilla y siempre cómplices. Se acercaban las fechas, nada tradicionales, de halloween, y los niños y demás, tenían la obligación de buscar miedos para sentir el terror. Sí, parece que de eso tan extraño se trataba... Dada veía lo contrario en

  Ya he mencionado en algún relato anterior a mi megahípersúpermuymejor amiga Mana. Ayer, me hablaba de algo totalmente desconocido para mí: LAS BODAS TEMÁTICAS. Me quedé "pasmá", pensaba que el único tema en una boda era la propia boda en sí misma..., ¡qué antigua me he quedado!. Nunca he sido de este tipo de eventos, ni de los otros. Me aburren demasiado y solo asisto a los muy, muy cercanos; esto me ha hecho quedarme en los tiempos en que casarse era un rito con sus costumbres propias según la forma elegida. Todas tenían en común a una pareja, unos padrinos o testigos y a un juez o un cura que daban fe o la fe de que ya el matrimonio se había formalizado. Ahora, parece que ya no, que todo es al revés. La pareja se casa o no, unos días antes de la celebración; el oficiante suele ser alguna persona cercana que hace el papel de unirlos (no siempre es así, se da el caso donde los une un juez coincidiendo con la celebración, doy fe). Acto seguido, da comienzo el banquete (cuyo

  Dicen que 2 son compañía y que 3, son multitud..., pues, vamos a dejarlos emparejados y evitamos disputas que no era esa la idea. De trilogía hemos pasado a TETRAlogía; no, es la misma etimología, pero haciendo un juego de palabras podríamos llegar a  lo TÉTRICO... Como cualquier día, de manera inconsciente, es habitual que actuemos así: Llegamos a  casa, encendemos el interruptor de la entrada y, enseguida, el del baño. Vamos hacia el frigorífico y echamos un vistazo a su contenido con calma, sacamos de él lo que vamos a utilizar y a cocinarlo en la vitrocerámica; paralelamente, conectamos la/las tele/s para estar informados por todos los sitios que pasamos. Si el móvil está bajo de batería, lo enchufamos; mientras, quizás, necesitemos el horno además de la placa, lo encendemos para que vaya cogiendo la temperatura necesaria; ah, la lavadora, se nos olvidaba;  uno de tus hijos tiene entrenamiento y lavarás su equipo (2 prendas) y estará listo esta tarde porque la secadora lo hará po