El nuevo curso ha comenzado. Nervios, ilusiones y miedos embargan a los alumnos el primer día. Reencontrarse con los amigos de siempre o con los de nunca son emociones que sienten por la experiencia de años anteriores, aquellas que han disfrutado o han sufrido con su muy mejor o peor amigo o sin calificativo por carecer de ese amigo compañero con el que compartir buenos, regulares o malos momentos los muchos años que les quedan en esas etapas de formación. Ese primer día, se congregan en el patio como lugar de reencuentro, se cuentan hazañas, se inventan otras y no suelen faltar risas, abrazos ni tampoco, soledades. El nuevo alumno desconocido, el antiguo que nunca lo conoció el resto, el señalado por circunstancias ajenas, el sentado en su banco y su hueco sin nadie más por timidez, temor o por ser invisible... Lo más duro e inexplicable es que haya sido catalogado por su aspecto físico en ese primer contacto, sin ni siquiera preguntarle su nombre o su origen. Los guapos y esbeltos