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Mostrando entradas de enero 26, 2022

" GREGORITO Y DON PÍO"

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  Mi gran amigo desde..., SIEMPRE, Pepe Díaz (le pongo apellido para no confundir) es el AMIGO por excelencia (significa el grado máximo en la escala de la amistad). Ni recuerdo cuándo ni dónde lo conocí, creo que ya estaba... Siempre está, jamás se ha apartado de nuestras vidas conservando la misma grandeza que nos daba juntos o repartiéndola, a partes iguales, cuando hubo que hacerlo. No importa cuánto duró el no vernos (años...). Fue llegar y ahí seguía y, con él, Aurora, su otra mitad. La famosa frase de Fray Luís de León: "como decíamos ayer..., así fue. Es un hombre hecho a sí mismo, con voluntad de hierro, que consiguió subir esos peldaños con la honestidad y el buen saber hacer que da ser tan buena gente. Lo mejor de él, que sigue siendo él mismo: su gracia, su genio, su mal genio..., pero, no podríamos hablar de Pepe D. sin hacerlo de una de sus pasiones, innatas creo yo, que es la ornitología. Desde que sé que Pepe D. existía, supe también, que sus pajaritos (no en la ca

"CALOR EN LA NOCHE"

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En los hogares, el frío se dulcifica con abrazos, cuidados, arropando a los nuestros con lo mejor que tenemos y, sobre todo, con su beso de buenas noches. Sabemos que dormirán junto al calor del amor que les rodea y eso nos reconforta y tranquiliza. Cuando abran sus ojos, un desayuno les espera antes de enfrentarse a las temperaturas y a sus quehaceres de cada día. De estos hogares, sabemos que tienen paredes, camas, baños, ropa limpia y alacenas donde guardan lo necesario para cada momento del día y de la noche si fuera necesario; por encima de todo eso, tienen lo más importante, un TECHO. A los que tenemos la suerte de tener lo suficiente o, incluso, más, nos puede resultar impensable que exista otro mundo, cercano a nosotros, muy cercano, donde su techo sea el cielo (nuboso, lluvioso y oscuro); su cama, un banco; su ropero, un carro; su despensa, una bolsa con algo o nada. No lo vemos, porque estamos dormidos o no queremos despertarnos durante esas continuas noches interminables a l