"CUENTOS DE VERANO: LAENCANNA Y ELANDRÉ SE VAN A JEREZ"
De vuelta a pisar su casa, Encarna dedicó sus primeros minutos en ella a abrazarse con cada uno de sus muebles, acarició su sofá, sus cortinas lo hacían por su rostro y su cama con su cuerpo. Cada uno en su lugar y ellos también; terminó su ritual de agradecimiento, por aquella vuelta dudosa, besando su suelo con rodillas en tierra. Su operación retorno estaba terminando, sólo abrir maletas y reponer armarios y cómodas. Los dos se dedicaron a esta tarea. Iban con la última cuando observaron que no la usaron durante su odisea tinerfeña; se miraron y pensaron a la vez: ¿y si damos otra vueltecita aprovechando el equipaje dispuesto que le animaba? No, no tenían coche, nunca aprendieron a conducir, sus pies les bastaron para viajar por el barrio, las plazas y el centro. Se encaminaron hacia la estación de autobuses y eligieron entre los destinos posibles que se mostraban dispuestos a llevarlos. Y fue Jerez. Poco más de una hora cambiaría su rutina y sin miedos ni pastillas blancas. Todo pe...