"CUANDO LAS NUBES LLORAN SIN CONSUELO...!
Por inercia, siempre miramos al cielo cuando nos despertamos y al salir a la calle, y nos contesta en forma de colores: desde azules fuertes a celestes y, en ocasiones, en grises claros que se tiñen de acero. Es su lenguaje, le gusta jugar y cambia y engaña a su antojo. Depende, creo, que de su estado anímico, de lo triste, apenado o, por el contrario, su espíritu burlón. La mayoría de las ocasiones se limita a soltar unas lagrimillas de cocodrilo para que carguemos con el paraguas y lo dejemos en el olvido por no salir a escena. ¿Cuántos vagarán por el mundo sin las manos de sus dueños?. En el paragüero de casa, habitan los de reserva, los soldados rasos, sin medallas, adquiridos en tiendas de desavíos. Son los que se prestan si alguna visita viniera sin él y hubiera que socorrerla. Ese ya no vuelve, le decimos adiós en ese momento. Uno menos. Ayer, el color festivo se vistió de un muy oscuro gris cercano al marengo. Las nubes no durmieron y siguieron en vela el resto de las horas. A