La emoción de la felicidad es débil, frágil y discontinua. Buscarla en los demás es el error más común. Pretender que te la proporcione el mundo es un despropósito que se paga caro y te deja en números rojos en el banco de tus ánimos. Para solventar un saldo tan precario, has de ser consciente de que no puedes rehipotecar tu vida con préstamos ajenos que nunca serán suficientes para sanear tu maltrecha economía mental. Las deudas no se pagan de un día para otro; es un proceso muy lento en que los altos y bajos se dibujan en gráficos de sierra que te hacen caminar hacia delante y desandar muchos pasos. No es fácil. No busques autopistas; para esas rutas no existen mapas marcando carreteras predeterminadas; valles, montañas, precipicios, veredas, arroyos, océanos, lagos, cañadas aparecerán en ese mapa más mudo que nunca.  Sabrás que has llegado cuando tus pasos arriben a una autovía en la que puedes encontrar, si lo deseas, la compañía en alguna de sus salidas o bien, no pararte y co...

Mi blog, un poco cotilla, me chiva las ubicaciones de los países que entran a visitarlo. Por eso sé que mis palabras viajan a más de medio mundo y me satisface, claro. Pero, de donde jamás imaginé que me leyeran es desde el Ayuntamiento de mi Cádiz... A ver, me explico: en mis últimas entradas, toqué el tema de mis balcones que tanta vida me dan, de mi ducado madrugador justo después de mi colacao vital y, hace pocos días, del alumbrado de navidad. Pues, hete ahí la gran sorpresa de esta mi muy mía temprana madrugada de hoy que, cuando abro la manivela para proceder a la ceremonia establecida de cada despertar, mi reacción es la de "NO PUEDE SER". Resulta que, justo debajo de mi querido balcón ha abierto los ojos a la par que yo un enorme panel lleno de bombillas de colores con motivos navideños. Justo  de lo que me quejaba, del derroche que supone ese gasto tan cuestionable y excesivo. Lo curioso es que es la primera vez que iluminan este tramo de mi calle y, menos, a la ent...

Llegaron los vientos del otoño veloz, caras limpias dan la cara sin máscaras ni color borrados maquillajes, rostros despejados en espejos de crisol, fundieron caretas de oro menor. Ni platas ni bronces quedaron de errores del horror. Aires a pleno pulmón gritan en bosques de brumas alentando a criaturas que huyan si murió la pasión. Que de recuerdos se alimentan los odios y el amor. Pasada la tormenta, habita la razón.  No olvides lo aprendido de lo bueno y lo peor. Que tu decires son dignos, que ser libre no es una opción. Que nadie te calle, te asuste ni amordace que lo que se hace se deshace y se rehace  en otoños vivientes de un nuevo corazón. Que de las hojas caídas, enseñanzas y lecciones nacen cada hora y a tiempo  de conocer quién soy yo.

Que Cádiz rebosa de almas, desalmados  y del más allá, no es a día de hoy ninguna novedad. A esto hay que sumar, los cables de navidad llenos de bombillas  y colores y bloques que se ignora a quiénes subirán. No es extraño si lo piensas, deben ser áticos para que quepan más. Con este plan y derroches  de la casa consistorial, se cree que multiplicará las compras en Cádiz ciudad.  En estas fechas,  ya lo dice el anuncio: "vuelve a casa por navidad". Que ojalá recuperemos  la losa que nos toca por espacio y cantidad.  Que vuelvan los que están afuera con esta oportunidad. Veamos el muelle libre de cruceros, de chancletas, camisetas y sombreros apretando las calles, las plazas y pocos bares porque sólo quieren tocar nuestras piedras ostioneras y al toque de sirena, raudos escapan a cenar,  que ya traen a bordo  su buffet pagado a las órdenes del capitán; y cuando amanezca,  ya habrá otros  a la espera  y  vuelvan a desembarca...

Que el tiempo vuela es cierto, pero no lo suficiente rápido para no pellizcar partes de él en ese visto y casi no visto. Esos trozos se quedan eternamente, son los recuerdos. Hoy hace dos semanas de la que fue una de las tardes más completas de vivencias mágicas. De los que no pudieron estar en cuerpo, sí acudieron sus almas y sus esencias. Resultó un aforo completo de amistad y amores que siempre me acompañan. Muchos desplazamientos para verme, oírme y saber de mí después de muchos años en esa lejanía que no lo era tanto. Compañeros de aulas que nos seguimos importando y queriendo sin aquello de que la distancia es el olvido; no es así. Sólo se olvida lo que no quieres recordar, jamás lo que dejó huellas que nada ni nadie las puede matar. Ayer, llegó la emoción a través de imágenes que representaban esos pasos hacia mí que nunca se quedaron en caminos perdidos entre ellos y yo.  He agradecido a toda mi familia y amigos su compañía, pero deseo dar nombres de los que me constan que ...

En 1998, Serrat lanzó al mundo uno de los poemas más bellos de su obra dentro de su álbum "Sombras de la China". Cantaba al no olvido de un amor que nunca se fue a pesar de las muchas penurias que le sobrevinieron, jamás se separó de su recuerdo. Él personifica ese ayer en una mujer y en el profundo vínculo que los unió en el frío y en los fuegos de la vida. "Donde quiera que estés" es un verso de amplio espectro, aplicable siempre al amor porque lo añora, lo recuerda, lo vive y revive porque nunca se fue de su memoria. Ese donde quiera que estés se  lo reclamo, ahora, a mi niñez, aquellos años inocentes en los que no dudas de la verdad porque aún no conoces la mentira; cambias el mañana por la noche de reyes, tu visita al dentista por la del ratoncito Pérez y la llegada de un bebé con la cigüeña. Era empezar a vivir con los dones que las hadas buenas te concedieron el día de tu nacimiento sin nubes, ni lluvias que escondieran soles. Veranos de juegos donde ganar er...

Cuando tus pies no pueden, cuando tu espalda se agota, cuando tus brazos no aguantan, cuando tus piernas te dicen basta, el mundo se asoma cerca y  lo ves paseando como la vida: charlando, riendo, paseando, hablando, gritando, cantando... y tú charlas, ríes, paseas, hablas, gritas y cantas con él. Mi balcón me abre sus puertas para mirarme en las alegrías ajenas que me contagian el día de presentes buenos. No me siento sola, ni triste, ni con penas porque no hay soledad,  ni tristeza ni llanto. Hay vida en cada plano, y me distraigo;  Mi balcón me cuenta, me habla de historias pasadas y eternas. Él me informa de cuánto acontece: los pájaros volaron a otros nidos, luces que anuncian fiestas, colegiales creciendo hacia su escuela, carritos de compras a las tiendas, amores que discuten en las aceras y se reconcilian a la vuelta. Vecinos, visitantes, paseantes en mi tierra. Que mi calle enamora, te anima, te da la vida a cada hora. Mi balcón me abre sus puertas, y la mañana c...

  L o vi pasar por mi esquina,  a ntes del anochecer, v enía de sus rincones, i ba perdido en su quehacer. D ije, qué tal le irá a  mi amigo aquel, e ra persona callada, s ólo hablaba en su mundo, c erca siempre de silencios o ía lo que quería r eía cuando sentía, t ardaba en sonreír a  veces, también lloraba, v ivía soledades, i deas propias, originales, v ivían cómo surgían e n espacios otoñales, e stíos de otros tiempos, l uces marginales. A sí pasaba las horas, h oras magistrales o  bien, miraba otros tiempos r ápidos en memorias, a yeres de recuerdos y sueños. NOTA: HAY UN MENSAJE ESCONDIDO EN EL POEMA. LA PRIMERA LETRA DE CADA VERSO LO GUARDA. 

  Dos lunas han caminado hasta pisar de nuevo la tierra. He sobrevolado las estrellas durante estas últimas horas y era difícil volver cuando has llegado al Paraíso y te reciben violines que abren los sueños despiertos por fin. Algunas irremediables ausencias de cuerpos, que no de almas, se sumaban sobrepasando el aforo. Nunca vi tan claro el bello rostro de la poesía. Sus caras, las nuestras, irradiaban el porqué de ese encuentro en una tarde noche de otoño: cuando creemos que el mundo se acaba, que nada merece seguir, que la humanidad no tiene remedio y lo artificial se ha tragado a la naturaleza y el amor y la paz son utopías..., de pronto, una centena de corazones juntos proclaman que aún nos queda tiempo para la esperanza, sólo hay que buscarla en la Poesía, en esas verdades ocultas que escondemos en trasteros por miedos a darles vida en las afueras de esos corazones asustados y, allí estaba para recibirnos y rociarnos en esa velada. Se engalanó y ocupó el espacio de esas nube...

Tan sólo un amanecer nos separa del nuevo mundo que os espera. Y esta noche, la última que os arrope dándoos el beso como madre. No lloréis por decirnos adiós, no temáis por nuevos abrazos, sé bien que os amarán entre sus manos, y no os faltará ese calor de seres tan  humanos. Ya os preparé vuestro equipaje, plenas vais de amores engendrados que os hizo nacer, crecer y  formaros. Luces encendidas y amantes veréis en todas partes, Viviréis de día, de tarde o de noches desvelados. Luciréis en mesillas, estantes, encimeras, pues todo vale cuando el amor se siente y se hace. Id tranquilas, en buenas casas os dejo, en hogares y jardines amantes entre ellos. Id alegres, en buenos ojos os lego, en miradas y y sentires cuidadores de lo bello.

Nació sola, fruto del deseo y de amores de otoño. Quiso hablarnos, de su vida y de otras. Cantaba versos sin rimas  tal como salían del pecho. Contaba historias cercanas tal como le salían nuevos, dedicados a Dada y a su nacimiento. Lírica y cuentos reunidos en ramos de ROSAS, recogidos en  hojas. Todos menos uno  vivieron fuera,  y esa rosa me lloraba: ¡no quiero estar sola!. Las letras me llamaban: ¡estamos todas!, Préñate de nosotras, que nazcan otras. Y la vida quiso darles ese gusto, pronto abultaron vientres de más hermanos, de camino venían, de caminos rosados. Y nacieron colores complementarios de nombres pasados. Dulce fue el encuentro, dulce y amado. Ya son hermanos.  Hablan entre ellos, se cuentan sus historias y sus memorias. Saben que volverán los cuentos por primavera, saben que retornarán canciones que ya se esperan...

Triste siento mi jardín, desnudo amaneció tras larga noche hambriento. Le di agua, le di sol, le di amor. Se hizo pequeño, en un rincón, la amargura lo invadió, despidiéndose con el horror. Sólo yerba enredada, despeinada destrozada por caudales locos, sin sentimientos. Sin armas, sin corazas, quizás, el viento..., vientos que van y vienen hacia un desierto anegado a donde exilian a los muertos. Aires sin rumbo se posaron volando hacia lo maltrecho. Aterrizó, que no por azar, atraído por canciones de antaño que reconoció entre los yermos. Otros jardines, de flores repletos, culpables del cambio de aquel desoído presagio lo alimentaron en la desgracia  desgarrando almas, rompiendo sueños. Cayeron simientes en lo deshecho, cayeron agua fresca y alientos. Embriones de esperanza encontraron sus huecos en los duros inviernos. Pies, muchos pies, todos Manos, muchas manos, todas, anduvieron en busca de esos encuentros, armados con tiros de ayudas que disparan voluntades desde sus pueblos....