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Mostrando entradas de febrero, 2024

"MICRORRELATO DESENCANTADO: NACÍ SIN COMPAÑÍAS"

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Febrero ya era viejo y pronto se iría de aquí; sus últimas horas fueron nerviosas; noches y días angustiados, alterados por ese calendario a punto de arrancar su hoja de vida hacia su muerte. En el quinto piso de un bloque frío, húmedo, desolado por las nubes caprichosas, se esperaba una nueva vida; contracciones, respiraciones acompasadas y sin  manos que ayudaran a descargar espasmos. Se respiraba, cada vez más cerca, el momento de salir al mundo el hijo de Cristina. Mujer valiente, eligió no compartirlo en pareja; era fuerte y sabía que ya empezaba a ser madre. Pidió un taxi, vino rápido, sus dolores también. En el hospital, sólo vio soledades de tan lleno como estaba; nadie reparaba en su barriga a punto de estallar. Todo el personal iba y venía sin descanso; demasiadas urgencias para atender a otra más. Faltaban manos, sobraban nervios y ansiedades para esos sanitarios que no daban abasto ante tanta avalancha que permanecía siempre en la cima que no se desploma lo suficiente para

"LA MARCA DEL ZORRO, LA MANCHA DE LA ZORRA"

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Pocas palabras de nuestra lengua marcan tanto la diferencia según el género que se utilice. La categoría gramatical también tiene un papel muy importante en su uso e interpretación: sustantivo o adjetivo. El término en cuestión es ZORRO/ZORRA. Un zorro, normalmente, es un nombre común que se refiere a un animal con unas características especiales, entre otras, como la de saber orientarse muy bien durante la noche y poder cazar en la oscuridad. Una zorra, en cambio, en la mayoría de los casos, se engloba entre los adjetivos calificativos que determinan más sus actitudes que sus cualidades. La literatura ha escrito papeles en los que, si va referido a un hombre, será un híbrido compuesto de lo bueno de su sustantivo ( animal inteligente e intelectual)  más las cualidades del calificativo cuyo resultado es un héroe que lucha protegiendo al débil frente al fuerte que pretende devorarlo. La zorra, como animal y sustantivo, es poco nombrada; no hay protagonistas ni títulos como tales en los

"VERSOS PARAFRASEADOS: SI TÚ ME DICES VEN"

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  Si tú me dices, dejo sólo un poco. Si tú me dices ven, será sólo para mí; mis momentos más preciosos, también me los daré, mis secretos más ocultos, serán míos también. Si tú me dices ven, nada cambiará. Si tú me dices ven, ignoro lo que habrá,  si tú me dices, si tú me dices ven. No detengo los momentos, por mis desilusiones, por cambiar alma con alma, corazón por desamor, reír conmigo ante cualquier pasión, reír  conmigo, reír conmigo será  mi devoción. Pero si tú me dices ven, seguiré conmigo, es demasiado tarde para empezar. Me encontraré en la calle, plena de libertad, mi brújula dirigiendo mi camino, nada más. Si tú me dices ven,  no te prometo más.

"UN CARNAVAL OKUPADO: LOS BOTELLONES GANAN A LAS RISAS"

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Somos una ciudad en donde la alegría y las risas son nuestra bandera, vaya eso por delante; nos caracterizamos por reírnos de nuestras penas rebozadas en el arte de engañarlas y en la aceptación de que la vida sigue a pesar de todo lo que nos venga.  Los gaditanos, y los que no lo son, esperan el mes de febrero como aguas de mayo; desean cantar y escuchar todas esas verdades del barquero contadas con el fino arte de esa gracia natural que albergan en cada copla. Es el mejor documental de lo que ha pasado y se ha  vivido desde el año anterior. Siempre se aprende con ellos porque no olvidan ni lo bueno ni lo que no lo fue; algunos se sentirán ofendidos si le destapan lo que ocultan bajo su oscura capa, pero que, sin duda, la gran mayoría los identifica con esas acertadas y bien atinadas letras. Este es el espíritu del gaditano en su carnaval y se lo ofrecen a todos los que sienten que hay que disfrutarlo y siempre les han dado esa  bienvenida al adentrarse en la muralla gaditana que abre

"AQUELLA PARADA EN UNA CASA DE LUCECITAS..."

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Aquel 25 de diciembre de hace muchos, muchos inviernos, volvíamos a casa después de haber pasado las fiestas en tierras gaditanas con las familias. Mi hija tendría escasamente los ocho años y toda la ilusión intacta de los reyes de oriente; no eran camellos sino el maletero el que contenía aquellos sueños infantiles que aguardaban al seis de enero para encontrarse con ella. Todo iba bien hasta que, a la altura de Arcos de la Frontera, un cruel infarto hizo mella en nuestro coche; su corazón quedó parado y nosotros también. Eligió un sitio aparentemente normal: la entrada de una finca en esa carretera y lo hizo antes de caer la noche que ya avisaba con su presencia. La grúa prometió salvarnos en breve, pero, no lo hizo. Fueron varias horas las transcurridas hasta su llegada. Mientras tanto, la noche y su oscuridad sí llegaron temprano y, con ellas, la vida a esa casa que presidía aquella finca en la que también albergaba una pequeña plaza de toros..., De pronto, la oscuridad se perdió y

"VERSOS SOLOS: SOLA Y YO"

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¡Querida soledad! muchos te lloran, querida soledad; temen tu presencia   aun siendo vacía, los silencios les asustan, tiemblan por vivirte, ¡mi querida soledad! miedos a las ausencias, miedos a los silencios, que no saben callar. ¡Querida soledad!, muchos te abrazan, querida soledad; aman tu presencia, las presencias les aturden, ¡mi querida soledad! adoran los silencios, que saben hablar. Viviendo contigo,  mi querida soledad, nada, nadie me altera, eres mi mejor compañera, ¡mi querida soledad!

"LA IMAGEN DE LA DIOS-CORDIA"

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  Estos días, ha sido motivo de infinitos comentarios la presentación del cartel que anuncia la semana santa sevillana; de nuevo, las dos Españas han mostrado su opinión, unos y, su espanto, los otros. Partamos de que nadie ha vivido en el presente, más de dos mil veinticuatro años como para haberlo conocido en persona. Su imagen se ha representado siempre desde la visión de su autor, nunca de datos fidedignos que vinieran de una realidad perceptible de su físico, ese que , a través de los siglos, ha sido mostrado desde una cruz, caído, herido, agonizante, transmitiendo dolor o una alegría tan sólo montado en su borriquita entrando en la ciudad que murió o el día de su resurrección...  Su aspecto no deja de ser un símbolo para los cristianos; en cambio, esa rama que va más allá de esta obviedad, los llamados ultracatólicos, aquellos entregados a esas figuras talladas, pintadas, esculpidas... a las que entregan toda esa pasión que llevan dentro para defenderlas porque se quedan en la su